Esta es la primera muerte por las
protestas que ocurre en la capital peruana después que el Congreso rechazara
adelantar las elecciones para este año. Pero, este lunes el Congreso ha dejado abierto
debatir el tema.
Lima, Perú.- Los violentos enfrentamientos con la policía en las protestas entre sábado y domingo en Lima, capital de Perú, dejaron por lo menos un manifestante muerto, el primero en la capital después de semanas de revueltas en regiones del sur andino de Perú que piden la renuncia de la presidenta Dina Boluarte.
"Lamentamos el fallecimiento de
Víctor Santisteban Yacsavilca en las manifestaciones violentas de hoy (este sábado)",
informó la Defensoría del Pueblo en su cuenta de Twitter sin precisar cómo
murió el manifestante en una tarde donde hubo heridos y detenidos, según
constataron corresponsales de la prensa extranjera.
Es la primera muerte por las protestas que
ocurre en Lima, después que el Congreso rechazara adelantar las elecciones para
este año como había pedido el viernes la presidenta Dina Boluarte.
Precisamente, esta semana Boluarte había
dicho en un recuento a la prensa extranjera que los grupos detrás de las protestas violentas
"buscan una muerte en Lima".
"Dicen que una muerte en Lima vale
por cien en la provincia", lamentó la mandataria al hablar en el palacio
de Gobierno.
Con forcejos al vallado que protege el
Congreso en Lima, cientos de manifestantes encapuchados, con escudos caseros,
piedras y pedazos de cemento arrancado de los edificios públicos, enfrentaron a
la policía en un nuevo episodio de violencia alrededor de marchas pacíficas que
piden la renuncia de la presidenta Dina Boluarte y adelanto de elecciones.
Con el sonido de detonaciones de bombas
lacrimógenas, el centro de Lima fue campo de batalla, en medio de una
convulsión social que tras 52 días de gobierno de Boluarte no da señales de
apaciguarse.
"Ni un muerto más, Dina asesina" repitieron en la marcha que empezó como una fiesta popular con bandas musicales de los andes y artistas hasta que un grupo de encapuchados avanzó a los alrededores del Congreso, fuertemente resguardado por cuerpos antimotines, desatándose fuertes enfrentamientos en los que se vieron al menos dos heridos, uno de ellos policía.
En la foto, la presidenta Dina Boluarte al hablar desde el Palacio de gobierno de Perú.Boluarte también pide elecciones.- La mandataria
lamentó la votación pasada la medianoche del sábado en contra del adelanto de
los comicios generales para este año, e instó a los congresistas a que se
depongan intereses personales y partidistas para "allanar una salida a la
crisis política".
"Exhortamos a las bancadas a deponer
sus intereses partidarios y colocar por encima los intereses del Perú",
escribió Boluarte este lunes en su cuenta de Twitter.
Antes de la irrupción violenta cientos de
personas de Lima y de provincias en su mayoría indígenas, se concentraron en la
Plaza San Martín al llamado de la "Marcha por la renuncia de Dina
Boluarte y elecciones adelantadas".
"Sin justicia la paz es una hipocresía", decía la pancarta de un
grupo de 'payasos de luto' que desfilaron con música andina de fondo.
A pocas cuadras se realizó el Concierto por la Paz, otra manifestación pero organizada por grupos civiles que respaldan el trabajo de las fuerzas del orden.
Perú es desde hace siete semanas escenario
de manifestaciones que piden la dimisión de Boluarte, quien asumió en su
calidad de vicepresidenta tras la destitución y detención del mandatario
izquierdista Pedro Castillo el 7 de diciembre por haber intentado disolver el
Parlamento.
Los enfrentamientos han dejado además de
48 fallecidos, entre ellos un policía quemado vivo, 10 civiles que murieron en
hechos vinculados a los bloqueos, con lo que suman 58 los fallecidos, según la
Defensoría del Pueblo.
El sur andino, donde habitan comunidades quechuas y aymaras históricamente postergadas, ha permanecido en pie de guerra en demanda de la renuncia de la presidenta Dina Boluarte y la realización adelantada de elecciones.
Congreso peruano aprueba debatir
adelanto de elecciones.- La política peruana ha entrado en un déjà vu. Si
la solución a la última crisis, que comenzó con el autogolpe fallido de Pedro
Castillo el 7 de diciembre, está en manos de la nueva presidenta del país, Dina
Boluarte, o del Congreso, no se puede esperar una solución a corto plazo.
Los dos poderes siguen interpelándose para
adelantar las elecciones generales o renunciar, pero nadie da un paso
adelante.
Este lunes, el Congreso aprobó reabrir el
debate para celebrar los comicios en 2023, un tema que ya se ha debatido sin
éxito en numerosas ocasiones en los últimos dos meses, la última el pasado
viernes.
Los manifestantes mantienen desde las
calles su presión al Gobierno, que cada vez se siente con menos margen de
maniobra.
Durante el primer mes y medio, las
protestas se mantuvieron en las regiones del interior, sin alterar demasiado la
vida de Lima, la capital que concentra a un tercio de la población del país.
Pero desde hace 10 días, los enfrentamientos por la represión policial se han
trasladado a las calles de la capital.
La crisis ha costado la vida ya a 58
personas, la última este sábado en Lima, por el disparo de un proyectil.
La presidenta Dina Buloarte pronunció un
discurso este domingo por la noche en el que se notó un cambio de tono respecto
a mensajes anteriores.
Le pidió al Congreso que asuma la
“responsabilidad histórica” de aprobar el adelanto electoral para 2023, en
lugar de a mediados de 2024, como estaba previsto. “Digámosle al Perú entero,
con la más alta responsabilidad: nos vamos todos”, expresó la mandataria peruana.
Con esas palabras asume el grito que se ha
extendido ya por el país, en el que los ciudadanos exigen “que se vayan todos”:
el Gobierno y el Congreso.
Los congresistas han recogido el guante de
la presidenta sin ningún entusiasmo ni muestras de querer cambiar sus
posiciones.
El recién pasado viernes ya se dio ese
debate en el Pleno y fue rechazado por una amplia mayoría. Solo hubo 45 votos a
favor y 65 en contra.
El ambiente no es de que esto vaya a
cambiar de un día para otro. Hay partidos que exigen la renuncia de Boluarte,
congresistas que sostienen que celebrar las elecciones en abril de 2024 es lo
correcto para poder llevar a cabo reformas políticas previas y otros, los
menos, que abogan por irse cuanto antes.
El descrédito de todas las instituciones
del país es absoluto. La desaprobación de la presidenta es del 76% y el índice
de aprobación del Congreso apenas es de un 7%, según la última encuesta del
Instituto de Estudios Peruanos (IEP). En ese mismo sondeo, un 56% aseguró que
las fuerzas del orden se excedieron en la represión de las protestas, mientras
un 26% avaló la actuación policial. La crisis política sigue agravándose
después de años de ingobernabilidad en un país que lleva seis presidentes en
cuatro años.
Boluarte, sin embargo, no ha dado muestras
de planear una renuncia por ahora. Un hecho que tampoco desembocaría en
elecciones inmediatas, ya que el presidente del Congreso, José Williams,
asumiría la presidencia del país.
El especialista en derecho electoral José
Villalobos ha explicado que la renuncia también “generaría un problemón”. No
está claro qué tipo de elecciones habría que convocar entonces; y parece que
estas se tendrían que celebrar en 2024.
La presidenta quiso mostrar el domingo que
su intención de irse a través del adelanto electoral es clara. Por eso anunció
que si el Congreso no aprueba esta vez la convocatoria a octubre de 2023, el
Ejecutivo presentará dos proyectos de ley para hacerlo. Aunque estos también
tendrían que pasar por el Congreso para ser aprobados.
El cambio de talante de la presidenta, que
en sus mensajes anteriores siempre cargó contra los manifestantes y defendió la
actuación de las fuerzas de seguridad, también se notó en otro de sus anuncios.
Propuso la reforma total de la Constitución de 1993, la que se promulgó durante
el Gobierno de Alberto Fujimori. Esto, que resultaba inimaginable hace unas
semanas, es otra de las demandas que más se escuchan en la calle.
Después de que el Congreso aprobara volver
a debatir el adelanto electoral se suspendió la sesión para iniciar la ronda de
contactos entre los partidos y acordar un nuevo texto para llevar al pleno.
Este podría celebrarse este mismo lunes, si alcanzan un acuerdo, o en los
próximos días. En caso de que el Congreso llegara a aprobar la nueva fecha de
los comicios, la primera vuelta se celebraría en octubre y la segunda en
diciembre de este año.
Mientras estos debates, que no son nuevos,
se dan en el Congreso, la convulsión se mantiene en las calles. Desde el
mediodía, unas 1.000 personas se dirigen al centro de Lima y en las regiones
del interior, las primeras en levantarse el pasado en diciembre, la situación
sigue siendo caótica. El Gobierno envió este lunes a 2.000 policías a las regiones
de Ica, al sur de Lima, y Puno, al sur del país, para tratar de recuperar el
control de las carreteras, que suman varios días de bloqueos.
Fuentes: Agencias internacionales
de prensa.
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