Santo Domingo.- El 22 de enero del año 2022 partió a la Casa del Padre Mons. Agripino, el Hermano, El Padre, como solíamos llamarle. Era el mayor de once hermanos, todos criados en la dureza de la vida del campo. Una gran virtud de nuestro hermano fue su preocupación permanente por sus progenitores: Efraín Núñez y Ozema Collado. Siempre estuvo al lado de nuestros padres.
Te extrañamos mucho en tu aniversario
querido hermano, aunque nos alegra saber que partiste de este mundo terrenal en
total paz, plena lucidez y completa memoria. Amado hermano siempre tendremos
muy presente las sabias recomendaciones que nos hiciste días antes de partir a
los brazos del Señor, de las manos de la Virgen Santísima cuyo nombre supiste
repetir constantemente.
Mons. Agripino se ordenó sacerdote el 19
de marzo del 1960. Su vida religiosa, de educador y mediador ante los
conflictos sociales de ese entonces, no fueron impedimentos para apoyar la
educación de sus hermanos, siempre estuvo atento para ayudar a los que querían
estudiar, como fue mi caso, la penúltima de la familia, recibí educación
primaria, secundaria y universitaria gracias a su orientación y apoyo. Luego de
graduada de educación y haber obtenido una maestría tuve la honrosa tarea de
trabajar durante su gestión cómo rector, en la PUCMM, ejerciendo mi labor de
manera discreta y dando fiel cumplimiento a las responsabilidades propias a mi
posición de Directora General del Sistema de Bibliotecas de dicha institución,
respondiendo siempre a la preocupación del rector por desarrollar una universidad
como él la concebía, de excelencia académica.
La discreción era parte de su
personalidad. Se ganó la confianza de Jefes de Estados como el Dr. Joaquín
Balaguer, Don Antonio Guzmán, Ing. Hipólito Mejía, entre otros, ejerciendo
activamente su rol de mediador político y concertador social por más de 50
años. Nunca utilizó esa cercanía con los gobernantes para pedir favores que
beneficiaran a sus hermanos. Quince días antes de partir, pidió que todos los
hermanos fuéramos a la clínica, llegamos todos, aun los que viven fuera del
país, fue un momento muy triste pero reconfortante, hablamos de todo, y luego
se despidió con estas palabras: “Los he reunido aquí para agradecerles el que
ustedes nunca me hicieron pasar ninguna vergüenza”. En una ocasión, nos comentó
que estando reunido con el Dr. Balaguer, este le preguntó por la familia. Mons.
hábleme de sus hermanos, él le contestó mi familia está toda bien y trabajando.
Agripino entendía que si le solicitaba favores para un familiar se comprometía
y limitaba su rol. Nos dijo: si me pongo a pedir dádivas para la familia me
descalifico como mediador.
Agripino fue el primogénito de la familia, le siguen José, Cristina, Juan, Marina, Guillermo, Martín (fallecido) Antonia, Ramón, Dulce María y Jesús. Fue ejemplo de buen hermano, responsable, trabajador incansable y con alto sentido ético. Su memoria permanecerá por siempre con nosotros. Tu amor y tus recuerdos se han esparcido en nuestro alrededor. Dios bendiga tu noble ALMA hermano querido E.P.D.
La autora, Dulce María Núñez de Taveras, es egresada de la carrera de Pedagogía, con doctorado y post grado en varias especialidades. Es directora del Sistema de Bibliotecas de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCAMAIMA). Es hermana de monseñor Agripino Núñez Collado.
0 Comentarios
Deje su comentario
Emoji