Por Ramón Alberto López Ynoa
Barahona.- Dos escenarios ocupan en estos momentos la atención de la sociedad política barahonera. El del Partido de la Liberación Dominicana, PLD, con las lumbres de sus nuevas estructuras a la espera de las directrices de cara a las elecciones de 2024, y el del oficialista Partido Revolucionario Moderno, PRM, que se yergue conquistador y avasallante.
Es innegable que la ascensión del doctor
Edgar Augusto Féliz Méndez a la presidencia provincial del PRM ha marcado un
antes y un después en el accionar de esa organización en la provincia y que de
una manera u otra está influyendo en las demás entidades políticas,
concomitantemente con los disgustos provocados a lo interno de esa
organización.
Y es que desde que se inició al frente de
la dirección provincial su gestión política se ha focalizado hacia la
consecución de nuevos adherentes ex militantes, sean del Partido de la
Liberación Dominicana, PLD, como de la Fuerza del Pueblo, FP, partido éste que
le facilitó, de alguna manera, el ascenso al poder al Revolucionario Moderno,
pero, que hoy parece transitar su propio camino.
En Barahona no se conoce que el PRM tenga
un crecimiento biológico, antes bien lo que se observa es la llegada de nuevos
“creyentes perremeístas” que bajo el influjo del fulgor seductor del poder renuncian
a la filiación que por décadas mantuvieron, pero que hoy son encandilados
por una quimérica oferta de sobrevivencia económica o de una designación
ilegítima e intrusa de candidaturas que pasan a ser hostiles a las aspiraciones
de quienes por derechos partidarios se la han ganado.
Es evidente que la actual ola de
paracaidistas que se observa en el partido oficialista tendría resultados
funestos si no estuviera en el poder, y es por eso que no pasa del nivel de
disgusto la presencia advenediza de los recién llegados, pero, una vez que las
aguas vuelvan a ser normales, otro escenario podría presentarse en esa
organización política.
Pudiera pensarse que la Fuerza del Pueblo
también sería afectada por la investida del PRM, pero, si lo fuese, no lo sería
con la virulencia con que inviste al PLD pues es éste último el partido a
vencer en las próximas contiendas electorales.
Este proceso de compra de apoyo político
se ve favorecido por la subyacente participación, a la sombra, de individuos
negadores del partido al que dicen pertenecer, pero que, como caballo de Troya,
actúan en perjuicio de las organizaciones que los ha prestigiado dándoles
posiciones, a veces, sin habérselas ganado y, al final, como Efialtes, el
traidor de Leónidas, el espartano, terminan entregándolas a manos enemigas.
Llama a la atención en Barahona el ingrato
cerco mediático con el que se quiere encerrar al PLD producido por individuos
que ayer, cuando esta organización gobernaba el país, fueron beneficiados
generosamente de múltiples maneras, pero que hoy de modo ignominioso reniegan y
se guarecen bajo nuevas cobijas a la espera de nuevas mesadas.
A pesar de este acorralamiento mediático,
y a pesar del momento que atraviesa producto de la resistencia de una delgada
franja para adaptarse a las nuevas condiciones de la sociedad dominicana, de
renovarse y de evolucionar como única forma de sobrevivir partidariamente, el
PLD en Barahona fortalece sus estructuras y se prepara para reconquistar el
poder en 2024.
Y saldrá fortalecido de este momento
crítico de transición entre lo viejo y lo nuevo.
Hamlet, el de la tragedia de William Shakespeare, planteó que la cuestión de la existencia se resumía en “ser o no ser”, y tal parece que algunos la cuestión de ahora es “estar y no estar”, sin intuir que, a fin de cuentas, todo se resume en renovarse o desaparecer.
El autor, Ramón Alberto López Ynoa,
es catedrático y reside en Barahona.
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