Santo Domingo.- La decisión asumida por la República de Kenia de liderar una fuerza multinacional para restablecer la paz en Haití ha abierto un abanico de expectativas en República Dominicana, al ser país con el que comparte una complicada línea de su frontera terrestre.
Poco después de divulgado el paso dado por
el país del este africano, situado a 12,139 kilómetros de Haití, el presidente
Luis Abinader recibió con beneplácito el anuncio del gobierno presidencialista
keniano.
El recién pasado sábado, el ministro de
Asuntos Exteriores de Kenia, Alfred Mutua, dio a conocer que su país había
acordado un despliegue de 1.000 policías en Haití, en línea con los planes de
restablecer la normalidad.
Kenia aceptó, a petición del Grupo de
Naciones Amigos de Haití, “considerar positivamente la posibilidad de liderar
una Fuerza Multinacional” en ese país, dijo Mutua en un comunicado difundido en
su cuenta oficial de Twitter.
El despliegue propuesto por Kenia se
concretará una vez que se obtenga un mandato del Consejo de Seguridad de la ONU
y se emprendan otros procesos constitucionales kenianos”.
Grito de Abinader por ayudar.- Ante la situación
de extrema violencia, que durante años ha estado asolando a Haití, y con gran
parte de Puerto Príncipe y comarcas aledañas bajo el control de bandas
criminales armadas, ocasionando un flujo de ilegales hacia República
Dominicana, el gobierno de Luis Abinader emprendió una campaña en organismos internacionales
para ir al rescate de los haitianos.
En un mensaje colgado en su cuenta de
Twitter, el mandatario recordó que el 21 de septiembre de 2021 pidió a la
comunidad internacional, en plena Asamblea General de Naciones Unidas, “ayuda
para resolver la inseguridad en Haití”.
“Nuestra perseverancia está dando frutos”,
proclamó Abinader el sábado. “¡Kenia liderará, con el apoyo de Estados Unidos,
una fuerza multinacional para Haití!”, agregó el mandatario dominicano. A seguidas,
aseguró que continuará “abogando por más apoyo!”.
La situación es tan calamitosa en Haití,
que su policía es superada por las pandillas, que controlan el 80 por ciento de
la capital, Puerto Príncipe.
Estas pandillas multiplican la
criminalidad a través de secuestros, robos a mano armada, y de vehículos.
Se repite la historia.- A Haití le ha
resultado difícil armonizar sus relaciones políticas internas y concertar una
convivencia social duradera, dejándole siempre a subyugado a las intervenciones
extranjeras, en coalición multinacional o por Estados Unidos en solitario,
sumándole más relatos de amargura a la historia de sus desgracias.
Haití vivió una crisis política a partir
del 29 de septiembre de 1991, tras el golpe militar a Jean-Bertrand Aristide.
En octubre de 1991, la reunión de ministros
de Relaciones Exteriores exhortó a los Estados miembros de la OEA al
congelamiento de los activos del Estado haitiano y a la aplicación de un
embargo comercial a Haití.
Esto culminó con su retorno al poder tres
años después, en 1994, a través de la ejecución de una operación militar
estadounidense denominada “Defender la democracia”.
Todos, menos Joaquín Balaguer.- La ONU, la OEA y
Estados Unidos prohibieron los negocios con Haití, pero de este lado de la
isla, el entonces presidente de República Dominicana, Joaquín Balaguer, adoptó
una posición firme y desafiante ante Estados Unidos y potencias europeas,
negándose a que el país se sumara al embargo.
Cuando el embargo contra Haití entró en
vigor, en 1991, el presidente Balaguer lo arriesgó todo, incluso la condición
del país como socio comercial clave de Estados Unidos, y su membresía en la ONU
y la OEA. Y fue por esto que variedades de mercancías y alimentos eran
movilizados por carreteras y caminos escabrosos dominicanos, rumbo al comercio
haitiano.
Es Ariel Henry quien desea
intervención.- El
primer ministro Ariel Henry viene insistiendo desde octubre en la necesidad de
una fuerza internacional que ayude a pacificar esta nación, un llamado al que
se han sumado figuras como el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, o
el presidente dominicano, Luis Abinader, que advierte de las repercusiones de
la crisis haitiana en su país, ya que ambos comparten la isla La Española.
En estos meses, el país, donde casi la
mitad de la población padece hambre aguda, ha sufrido repetidas masacres que
han dejado decenas de muertos y heridos, cientos de casas quemadas y miles de
refugiados internos.
Fuentes: Texto original del
periodista Guillermo Pérez, para Listín Diario, periódico del que reproducimos
este trabajo. Título, subtítulo, entretítulos y algunas modificaciones son de
Notiatualidad Global. Foto de archivo.
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