Santo Domingo.- El Sermón de las Siete Palabras, de esta Semana Santa, “fue un misil”, las siete palabras fueron “siete lanza llamas”. Fue un sacudión de la Iglesia católica a la conciencia de la sociedad dominicana, censurando la indiferencia en todos los aspectos, la pasividad ante el dolor del prójimo, la exclusión de los pobres del reparto de la riqueza, la inseguridad ciudadana, la violencia sexual, los crímenes callejeros; la estafa de la seguridad social y “el robo de las aseguradoras, el descalabro de la educación y el prejuicio hacia los inmigrantes”.
Las últimas palabras pronunciadas por
Jesús en la cruz las analizaron en la Catedral Primada tres sacerdotes, dos
diáconos, una monja y una laica, atacaron a la voraz clase empresarial, el
caótico sistema penitenciario, el alto costo de los medicamentos, la práctica
del aborto.
Además, el desempleo, el trastorno de
ansiedad, el consumo de drogas, priorizar el entretenimiento y la falta de
ética e inmovilidad de los políticos y legislativos.
Padre Keiter Luciano A., Primera Palabra.- Al comentar la
súplica de Jesús con la frase “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen,
(Lucas, 23,34), el sacerdote de la parroquia San Juan Bautista, de Villa Mella,
y director de la Pastoral Juvenil, demandó de una nueva ley de seguridad
social, en lugar entretener con proyectos de leyes que sirven para el show
mediático. Pidió perdón para los que conociendo los maltratos a los migrantes,
hacer silencio, “o peor aún hacernos cómplices”.
Reprochó perpetuar un sistema de justicia
garantista de los que pueden pagar y excluyente de los pobres, y que pide
respeto para las debidas formas del proceso a los acusados de delitos “sonoros”
o “crímenes de salón”. Deploró a los que usan el evangelio de plataforma y
ascenso social, económico o político.
Padre Gregorio Santana, Segunda Palabra.- El sacerdote y
formador del Seminario Santo Tomás de Aquino , contextualizó la palabra “Te lo
aseguro, hoy estarás conmigo en el paraíso”, (Lucas, 23,43) y denunció que el
presupuesto de Educación está secuestrado por grupos económicos de siempre, son
un retroceso en las universidades, en busca de negocios. Dijo que el sistema de
seguridad social es “una estafa burda, con apoyo del Estado y de la Ley”.
Expresó que a los condenados y no condenados en las cárceles dominicanas se les
pega fuego y aseguró que el sistema penitenciario está en su peor momento, con
reos pagan por ir al baño y por una “maldita goleta” para dormir por turnos.
Exigió un cambio a la Iglesia y no ser una colecturía de aduanas o sección de
migración.
Fray José Guerrero, Tercera Palabra.- El exorcista de la
Arquidiócesis de Santo Domingo, al interpretar ¡Mujer, ahí tienes a tu hijo!
¡Ahí tienes a tu madre! (Juan 19, 26-27), instando a la mujer dominicana a
cumplir el rol histórico de provocar una gran revolución espiritual, con el
ejemplo de la madre de Jesús. “Lo que más necesita esta humanidad globalizada,
preñada de tanta maldad, odio, violencia, hipocresía, egoísmo, injusticia,
maltrato sistemático a la madre tierra, es un salto cualitativo espiritual que
nos devuelva la amistad con Dios y la fraternidad entre los seres humanos y con
la madre tierra”, declaró, seguro de que el salto pertenece a la conciencia
femenina.
Sor Trinidad Ayala, Cuarta Palabra.- La coordinadora de
la Pastoral de la Salud de la Arquidiócesis de Santo Domingo, y mercedaria de
la Caridad, expuso la frase de Jesús cerca de la hora nona y azotado, ¡Dios
mío, Dios mío! ¿por qué me has abandonado? (Mateo, 27, 46), con la que se quejó
de la indiferencia de las autoridades ante el deterioro de la salud mental y el
que hagan de la vista gorda ante la indigencia, la indiferencia y la muerte “de
nuestros hermanos”. Manifestó la tragedia de los políticos corruptos que solo
se enriquecen con los bienes del pueblo y cada cuatro años venden esperanzas de
cambios y promesas.
Diácono Ángel Cano S., Quinta Palabra.- El diácono
permanente de la parroquia San José de Calasanz, en el Distrito Nacional,
comentó la sed y el grito de Jesús clavado en el madero y colgado, «Tengo Sed»,
(Juan. 19, 28), para advertir de los niños, niñas y adolescentes expuestos a
espacios de promoción de cultura del placer, basada en la vida de lo fácil.
Citó el peligro del debilitamiento de los valores familiares, en una agenda
perniciosa, que inmoviliza el accionar político-legislativo. Sobre el desgarre
social y político en Haití, pidió respuesta solidaria, valiente, de respete la
libertar y soberanía dominicana, firme a la agenda global.
Diácono Blas Bonilla M., Sexta Palabra.- Al reflexionar la
frase «Todo está consumado”, (Juan, 19,30), cuando Jesús tomó vinagre y cumplió
la obra salvadora, el diácono de la Parroquia Inmaculada Concepción, en el
Distrito Nacional, le lanzó la interrogante al presidente de la República, Luis
Abinader: “Señor presidente, usted puede decir a Jesús ¿misión cumplida?”.
Preguntó que si pueden decirles misión cumplida, los padres y madres de
familia, profesionales. Cuestionó los obispos, sacerdotes y a diáconos. Afirmó
que el país vive momentos difíciles: desigualdades sociales, inseguridad
ciudadana, alto costo de la vida y desempleo.
Doctora Ángela López, Séptima Palabra.- La miembro de la Comisión de Prevención de Abuso Sexual de Menores y laica, alertó de la profunda ansiedad que vive la población, el miedo al fracaso y a las enfermedades; la inseguridad que tienen jóvenes y el derrumbe de la confianza. Respondió a la última palabra de entrega de Jesús, con la expiró: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu», (Lucas, 23, 46), para prevenir el trastorno de ansiedad en el el 4% de la población mundial, una paradoja, en un mundo seguro, un occidente con mejores condiciones de materiales de vida, medicina eficaz y tecnología impensable.
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