Redacción Internacional.- En el presente mes de diciembre de 2025, la crisis diplomática y militar entre Estados Unidos y Venezuela ha escalado de manera significativa tras la incautación de dos buques petroleros vinculados al país sudamwericano, hechos que Caracas ha calificado como “piratería estatal” y robo de recursos soberanos.
El segundo buque intervenido, identificado como el Centuries —llevando aproximadamente 1,8 millones de barriles de crudo venezolano con destino a Asia— fue interceptado y abordado por la Guardia Costera de EE.UU. en aguas internacionales en el Caribe. El primer buque, el Skipper, había sido capturado días antes como parte de una operación más amplia de fiscalización a embarcaciones sancionadas por Washington.
Estas acciones forman parte de una estrategia declarada por el gobierno estadounidense para bloquear y decomisar cargamentos que, según la Casa Blanca, financian actividades de narcotráfico o terrorismo y sirven para sostener al régimen de Nicolás Maduro.
Desde Caracas, el presidente Nicolás Maduro y su equipo califican estas capturas como violaciones flagrantes del derecho internacional, indicando que se trata de actos de “piratería” y robo de propiedad estatal.
Irán ofrece apoyo y denuncia la intervención como piratería
En medio de esta escalada, Venezuela informó este sábado 20 de diciembre que Irán ha ofrecido apoyo político y cooperación “en todos los ámbitos” para enfrentar lo que Caracas denomina la piratería e intervenciones militares de Estados Unidos.
El ministro de Exteriores venezolano, Yván Gil, explicó que el ofrecimiento de Teherán fue expresado en una conversación telefónica con el canciller iraní, Abás Araghchi, quien brindó “solidaridad total” y cooperación para contrarrestar lo que ambos gobiernos consideran violaciones del derecho internacional.
Irán, por su parte, ha denunciado la intervención estadounidense como una violación de la libertad de navegación y un atentado contra las normas marítimas internacionales, describiéndola como un acto de piratería por parte de un Estado.
Este apoyo se enmarca dentro de la larga alianza estratégica entre Caracas y Teherán, que incluye cooperación energética, militar y diplomática desde hace varios años.
Acciones militares y disputas en el Caribe y el Pacífico
Aunque el foco mediático está en el Mar Caribe frente a las costas venezolanas, los acontecimientos de los últimos meses han mostrado que el esfuerzo militar estadounidense también se ha extendido al Pacífico, bajo el pretexto de combatir el tráfico de drogas y otras amenazas transnacionales.
Por ejemplo, informes recientes indican operaciones militares estadounidenses en el Pacífico que han resultado en ataques a embarcaciones sospechosas de narcotráfico, con decenas de víctimas mortales, lo que ha generado críticas de derechos humanos y cuestionamientos sobre la legalidad y alcance de dichas acciones.
Esta expansión de la presencia militar en dos océanos refleja, según analistas, una respuesta más amplia de Washington a lo que denomina una “amenaza combinada” de narcotráfico, terrorismo e influencia iraní en el hemisferio occidental.
Reacciones internacionales y posibles implicaciones
La incautación de buques venezolanos ha generado protestas diplomáticas de aliados de Caracas, incluido Cuba, que denunció el primer decomiso como “piratería y terrorismo marítimo”.
Mientras tanto, analistas advierten que estas tensiones podrían disparar un conflicto diplomático más profundo, con quejas formales ante la ONU y otros foros internacionales.
Los propios analistas consideran, asimismo, que esta situación podría también afectar a los mercados petroleros si caen las exportaciones venezolanas o se intensifican las sanciones, asimo como reconfigurar alianzas geopolíticas si países como Irán, Rusia o China incrementan su apoyo a Caracas.
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