Redacción internacional.- Las evacuaciones de ciudadanos extranjeros y diplomáticos continúan ante la violencia que se vive en Haití, pero también las repatriaciones de haitianos, a pesar de los llamamientos de organismos internacionales para que cesen las deportaciones a un país donde en lo que va de año más de 1,500 personas han muerto a causa de la inseguridad.
Los gobiernos de todo el mundo se
apresuran a sacar a sus ciudadanos y a su personal de Haití, ante una situación
que este jueves la ONU calificó de "cataclismo": según el último de
informe de la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, al menos se
contabilizaron 1,554 muertos y 826 heridos en los tres primeros meses del año.
La violencia se ha incrementado aún más desde finales de febrero pasado y a los ya habituales secuestros, matanzas y violaciones se suman desde entonces ataques a instituciones, empresas, propiedades privadas, cárceles, aeropuertos...en especial en el área metropolitana de Puerto Príncipe, con el 90 % del territorio bajo el control de las bandas armadas.
La violencia obliga a salir de
Haití.- Ante
esta situación, los gobiernos de todo el mundo se apresuran a sacar a sus
ciudadanos: Canadá ha evacuado en dos días a más de 80 personas a la vecina
República Dominicana, Francia también ha organizado varios vuelos especiales
que han permitido el embarque en helicópteros militares de más de 170 franceses
y de 70 ciudadanos de terceros países o Perú logró sacar ayer a ocho de sus
nacionales.
Estas evacuaciones se suman a
las efectuadas por China, Estados Unidos, República Dominicana... entre otros
muchos países.
Además, gran parte de las embajadas en
Haití funcionan con el personal esencial y el resto ha sido evacuado ante la
inseguridad y la violencia crecientes.
Todos los países con nacionales en Haití
están muy pendientes de su situación, con contacto permanente con los miembros
de sus colonias y prestándoles ayuda e información.
Las evacuaciones se llevan a cabo cuando no se puede
salir en vuelo regular desde Puerto Príncipe, dado que el aeropuerto
internacional Toussaint-Louverture no funciona desde principios de mes y todas
las compañías han suspendido sus vuelos a la capital.
Sí funciona el aeropuerto de Cabo Haitiano
(norte del país), pero el problema es llegar hasta allí por la presencia de las
bandas y una "situación de seguridad muy volátil", en palabras de las
autoridades de Canadá, que desaconsejan "fuertemente todo desplazamiento
por carretera" entre esa ciudad y Puerto Príncipe.
Deportaciones sin freno, pese a la
inseguridad.- Y
mientras los ciudadanos extranjeros salen de Haití, desde diversas localidades
de República Dominicana son repatriados haitianos, al igual que desde otros
países, pese a los llamamientos en contra de organismos internacionales y
organizaciones de derechos humanos.
Así, el Alto
Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) advierte de que
"la vida, la seguridad y la libertad de las personas haitianas se ven
amenazadas por la confluencia del alarmante aumento de la violencia de las
pandillas y las violaciones a los derechos humanos" y recuerda a los
Estados "el imperativo de asegurar que las personas de Haití que necesiten
protección internacional como refugiados la reciban".
Además, insiste en su llamamiento a todos
los países a que no devuelvan por la fuerza a personas a Haití, incluidas
aquellas cuya solicitud de asilo se haya denegado.
Los haitianos huyen de su país escapando
de la violencia, pero también de barrios de Puerto Príncipe y de la zona
metropolitana de la capital.
De acuerdo con datos de la Organización
Internacional para las Migraciones (OIM), en menos de dos semanas, del 8 al 20
de marzo, más de 33,000 personas abandonaron Puerto Príncipe.
Fuentes: Alto Comisionado de
Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Organización Internacional para
las Migraciones (OIM), Dirección General de Migración de República Dominicana,
agencias internacionales de prensa y archivos periodísticos.
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