Estos juegos reúnen a atletas con diferentes discapacidades, ya sea visuales, ambulatorias, auditivas, o que hayan sufrido la amputación de algunas de sus extremidades.
No son una simple competencia como cualquier
otra porque, según los especialistas, ofrecen una oportunidad para que el
mundo, las sociedades, las federaciones deportivas y los gobiernos pongan el
ojo en la discapacidad.
Este evento se torna así en una
inspiración que promueve cambios sociales, además de dar visibilidad, mediante
el deporte, a la inclusión de personas discapacitadas, de hecho se calcula que
concitarán la atención de más de tres millones de espectadores.
Serán 167 los países representados más
otro equipo de refugiados y 96 deportistas neutrales que suman 4,400 atletas
que participarán en 549 eventos, con una presencia récord de 1.983 mujeres.
Nuestra delegación totaliza 17 personas entre atletas, jefatura de misión,
técnicos y cuerpo médico.
Una notable delegación de República Dominicana está presente en la XVII edición de los Juegos Paralímpicos.
En las últimas décadas la actitud de la
sociedad hacia las personas con discapacidad ha cambiado, no es que haya más
lisiados, ni más ciegos, tampoco más sordomudos, sino que ahora tienen mayor
visibilidad.
Proliferan organizaciones de ayuda que se
esfuerzan para que tengan más posibilidades de estudiar y trabajar, y las
familias no se avergüenzan de tener un discapacitado ni los encierran en sus
casas.
Esto debiera significar también para las
autoridades un llamado de atención para que miren a las personas con
discapacidad, que legislen para que las empresas tengan un cupo obligatorio
para emplearlos, siempre que demuestren idoneidad para el puesto al que
aspiran.
Pero también se necesita mejor atención
temprana, que puedan ir a la escuela y formarse, aprender un oficio, integrarse
a la sociedad.
Cada trabajador discapacitado, cada atleta
paralímpico es en sí mismo un ejemplo de perseverancia, de esfuerzo para
alcanzar un objetivo, un sueño, por encima de sus limitaciones físicas.
Cada atleta discapacitado, no solo los que
compiten en los Juegos Paralímpicos, es un ser humano que siente, que sueña,
que sufre, por lo que lo mejor que la sociedad puede hacer por ellos es
brindarles un trato más humano.
¿Qué es Boccia?.- Los neófitos la
comparan con la petanca por sus similitudes. Las competencias de Boccia en
los Juegos Paralímpicos París 2024 se disputan en individual, parejas o
por equipos, en una pista rectangular en la que los participantes tratan de
lanzar sus bolas lo más cerca posible de una pelotita blanca que sirve como
objetivo.
También intentan alejar las bolas ya
lanzadas por sus rivales, por eso se necesita mucha precisión, habilidad y
mucha concentración. En la sede París Sur Arena, se escucha una que otra
persona. Se puede animar a los competidores, pero no hacer gran ruido.
Todos los para atletas compiten en sillas
de ruedas. Hay cuatro categorías que van desde quienes tienen una
severa limitación que afecta sus piernas, brazos y tronco, que pueden competir
con ayuda de un asistente, hasta jugadores con discapacidades que impactan la
potencia muscular.
Algunos jugadores de Boccia, como el
argentino Mauricio Ibarguren, campeón mundial en 2022, lanzan la bola con
el pie.
El Boccia, que en italiano significa
“bola”, es un deporte de origen grecorromano. Es mixto en el programa
paralímpico desde 1984. No existe equivalente en los Juegos Olímpicos.
En París 2024 participan 14 atletas latinoamericanos, incluídos brasileños y argentinos. La colombiana Leidy Chica Chica compite con su hermano en este deporte. Ella ganó los dos primeros partidos en la clasificatoria. El domingo intentará llegar a la gran final.
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