Washington.- A la vicepresidenta Kamala Harris se
le preguntó esta semana si creía que Donald Trump era un fascista,
a lo que respondió: “Sí, lo creo”.
Posteriormente, ella misma usó esa palabra para referirse al republicano, diciendo que los votantes no quieren “un presidente de Estados Unidos que admira a dictadores y es un fascista”.
Pero ¿qué es exactamente un fascista?
¿Y el significado de la palabra cambia cuando se le mira a través de un prisma
histórico o político, especialmente en la recta final de una tensa contienda
electoral?
A continuación, un análisis más detallado:
¿Qué
es el fascismo?
Es una ideología y movimiento político autoritario
y ultranacionalista. A menudo se le asocia con la extrema derecha y
se caracteriza por un gobernante dictatorial que utiliza al ejército para
reprimir a la oposición política y de la sociedad civil.
Los dos fascistas más famosos de
la historia fueron
el dirigente nazi Adolf Hitler, en Alemania, y el dictador italiano Benito Mussolini.
Conocido como Il Duce, o “el duque”, Mussolini dirigía el Partido Nacional
Fascista, el cual tenía como símbolo a un águila que sujeta un haz de lictores
—una unión de varas con un hacha entre ellas.
A instancias de Mussolini, en octubre de
1922 miles de “camisas
negras” o “squadristi” conformaron una milicia fascista armada
que marchó hacia Roma con la promesa de tomar el poder. De manera similar, los
nazis de Hitler también contaban con una milicia, conocida como los “camisas pardas”. Ambos
terminaron imponiendo un régimen de partido único y fomentaron la violencia en
las calles. Utilizaron soldados, pero también impulsaron los disturbios civiles
entre sus seguidores y sus opositores políticos y con amplios sectores de la
sociedad.
Hitler y Mussolini censuraron a la
prensa y diseminaron una sofisticada propaganda. Exacerbaron los temores racistas y no sólo
manipularon a sus simpatizantes activos sino también a los ciudadanos de a pie.
Hoy en día, el término fascismo ha
adquirido una definición política más amplia y a menudo se utiliza como un
término impreciso que describe todos los intentos por imponer la opresión y
el racismo,
así como para denunciar a dictadores o gobernantes que adoptan tácticas totalitarias.
No es sólo la izquierda la que ha
utilizado el término para denunciar a un movimiento ideológico cargado hacia la
derecha en Estados Unidos y varias otras partes del mundo. Algunos
conservadores tacharon de “fascistas” los confinamientos impuestos durante la
pandemia de coronavirus.
¿Cuáles
podrían ser otros ejemplos históricos de fascismo?
Hitler y Mussolini son los nombres más
representativos del movimiento, pero a partir de ahí el panorama es un poco más
turbio.
¿El dictador militar Augusto Pinochet y
sus 17 años de gobierno con puño de hierro en Chile encajan en la definición
de fascismo?
¿Y qué tal gobernante indonesio Suharto o el español Francisco Franco?
¿Los regímenes de Ferenc Szálasi en Hungría y Plínio Salgado en Brasil fueron
fascistas? ¿En qué categoría recae el líder neonazi estadounidense David Duke?
De hecho, los críticos describen en
ocasiones a los grupos extremistas estadounidenses modernos —incluidos
movimientos que han aclamado a Trump, como los Proud Boys—
como fascistas o neofascistas. Esas etiquetas posiblemente respondan más a
una ideología política
que a claros paralelismos históricos.
¿Por
qué Kamala Harris llama a Donald Trump fascista?
La vicepresidenta ha criticado a Trump
desde hace tiempo, asegurando que es mentalmente inestable y no es un verdadero
creyente o defensor de los principios democráticos de la nación.
Señala que Trump insinuó que haría uso
del ejército para atacar a sus adversarios políticos, incluidas personas a las
que se ha referido como el “enemigo desde adentro”. El expresidente ha hablado
desde hace tiempo de ir tras sus enemigos y declaró ante sus simpatizantes que
él sería su “venganza”.
“Está hablando del pueblo
estadounidense. Está hablando de periodistas, jueces, funcionarios electorales
que no pertenecen a ningún partido”, dijo Harris el miércoles por la noche en
evento organizado por CNN.
Trump ha amenazado con tomar medidas
contra las cadenas de televisión y medios noticiosos por coberturas que
considere desfavorables. Y, cuando el ahora presidente Joe Biden lo desafió
durante un debate en 2020 a denunciar a los Proud Boys,
Trump respondió: “Proud
Boys, den un paso atrás y permanezcan a la espera”.
Una turba de simpatizantes de Trump
irrumpió en el Capitolio federal
el 6 de enero de 2021 en un intento por anular la derrota de Trump ante Biden
después de que Trump pronunció un discurso en el que difundió falsedades sobre
los comicios y exhortó a la multitud a “luchar como locos”. Entre las personas
encarceladas en relación con el 6 de enero se encuentra el líder de los Proud Boys,
quien fue acusado de orquestar un complot fallido para mantener a Trump en el
poder.
Harris ha ido abonando a la idea de que
Trump es un fascista.
Durante una entrevista en Detroit el 15 de octubre, el presentador de radio
Charlamagne Tha God dijo que Trump se estaba acercando cada vez más al fascismo y
preguntó: “¿Por qué no podemos simplemente decirlo?”. “Sí, se puede decir eso”,
respondió Harris.
Luego, el general retirado del Cuerpo de
Infantería de Marina John Kelly, el jefe de despacho que ostentó el cargo
durante más tiempo en el gobierno de Trump, advirtió que el expresidente
encajaba con la definición de fascista. Aseguró que cuando Trump estuvo en el poder,
insinuó que Hitler “hizo algunas cosas buenas”, y que el republicano valoraba
la lealtad personal por encima de la Constitución.
El equipo de campaña de Trump ha acusado
a Kelly de mentir y desestimó las críticas de Harris. La vocera de la campaña
de Trump, Karoline Leavitt, subrayó: “Kamala dirá cualquier cosa para distraer
la atención de la invasión a través de sus fronteras abiertas y de una
inflación". Trump se ha referido al 6 de enero como un “día de amor”.
¿Qué opinan los expertos en fascismo sobre
Trump?
Están divididos. Algunos no consideran
que Trump responda a la definición histórica clásica de un fascista,
sino que más bien se acerca cada vez más a una política con tendencias
fascistas.
David Kertzer, profesor de la
Universidad de Brown e historiador italiano, dijo que se “horrorizó un
poco” cuando escuchó que Harris llamó fascista a Trump, dada la “resonancia histórica” del
término. Dijo que existen algunas similitudes, incluyendo el “movimiento de
masas y el culto al hombre fuerte”. Señaló que Trump a veces levanta la
barbilla, aunque no es propenso a arrancarse la camisa y mostrar su pecho
desnudo, como lo hacía Mussolini.
Kertzer dijo que el fascismo implicaba
la creación de “un estado con un partido único, la prohibición de todos los
periódicos de la oposición y el encarcelamiento de disidentes”, y aunque Trump
ha hablado de encarcelar a sus opositores, no ha tomado medidas para
implementar otros aspectos clave del movimiento fascista.
“Hay ciertos ecos, pero en términos de
convertir al Partido
Republicano en un estado unipartidista, eso parece muy
descabellado en este momento”, dijo Kertzer, autor de “The Pope and Mussolini:
The Secret History of Pius XI and the Rise of Fascism in Europe".
David Clay Large, investigador en el
Instituto de Estudios Europeos de la Universidad de California, campus
Berkeley, dijo que “las alarmas que suenan en estos momentos pueden ser un
tanto exageradas”.
“Nuestras instituciones democráticas,
aunque asediadas, siguen siendo mucho más fuertes que las de las naciones
europeas que se volvieron fascistas en los años 20 y 30”, aseguró Large. No
obstante, añadió, estas instituciones “enfrentarían un peligro real” durante
un segundo mandato presidencial de Trump.
El ascenso de los partidos
ultraderechistas en Europa y el control de Trump del Partido Republicano,
dijo Large, han creado “una situación completamente nueva” y agregó que
"el centro no puede sostenerse como antes”.
A esto hay que agregar el papel de
las redes sociales,
que en la era digital se asemejan al uso de propaganda,
al amplificar las emociones y la división, dijo Large.
“Todo el mundo cree que es experto y
hemos perdido el respeto por los hechos, la objetividad y la opinión de los
verdaderos expertos”, sentenció Large.
Fuentes:
Agencias internacionales de prensa y archivos periodísticos.
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