Santo Domingo.- La Fundación Zile emitió este jueves un comunicado mediante el cual llamaron a “la paz y a la calma” ante la convocatoria de la “marcha patriótica” a celebrarse el próximo domingo en la comunidad del “Hoyo de Friusa”, en reclamo de la alta presencia de haitianos en situación de ilegalidad en esa zona.
“En lugar de fomentar la división,
debemos canalizar nuestras inquietudes adecuadamente para abordar, junto con la
comunidad internacional, las raíces del problema y no enfocarnos únicamente en
los individuos. Es la manera más pragmática de reducir la migración
irregular que llega a nuestro país, principalmente desde Haití y
Venezuela”, señala el comunicado.

“Hoyo de Friusa” está de moda.- El “Hoyo de
Friusa” ha tomado notoriedad en las últimas semanas luego de que el grupo
denominado “Antigua Orden Dominicana” convocara una “marcha patriótica” a
realizarse el próximo domingo en reclamo de la alta presencia de haitianos en
situación de ilegalidad en esa zona.
Friusa está ubicado en el paraje de
Bávaro, del distrito municipal Verón-Punta Cana, provincia La Altagracia, y es
conocido debido a que años atrás era difícil ejecutar operaciones de
interdicción por los peligros a los que se enfrentaban los miembros de la
Dirección General de Migración y agentes de la Policía Nacional.

A
continuación el comunicado integro enviado por la Fundación Zile:
"La situación migratoria en la
República Dominicana es un tema complejo que debe ser abordado con
responsabilidad, información precisa y buen juicio. Hasta la fecha, no existen
encuestas ni estudios científicos que determinen con exactitud el porcentaje de
ciudadanos haitianos en la zona conocida como Hoyo de Friusa, en Punta
Cana, ni el impacto real de su participación en la economía informal de esta
comunidad, aunque se reconoce como significativa. Tampoco hay datos oficiales
comparativos sobre los niveles de criminalidad o violencia en
relación con otros barrios vecinos. Cualquier afirmación sobre estos temas sin
base en investigaciones rigurosas puede alimentar percepciones erróneas y
generar tensiones innecesarias.
En los últimos años, los flujos
migratorios hacia la República Dominicana han aumentado debido al agravamiento
de la crisis en Haití, al igual que el número de venezolanos, que ha
crecido exponencialmente pese a la distancia geográfica. Es importante recordar
que los inmigrantes, en cualquier parte del mundo, no son responsables de las
tragedias o factores que los obligan a buscar mejores oportunidades en otras
tierras. En lugar de fomentar la división, debemos canalizar nuestras
inquietudes adecuadamente para abordar, junto con la comunidad internacional,
las raíces del problema y no enfocarnos únicamente en los individuos. Es la
manera más pragmática de reducir la migración irregular que llega a nuestro
país, principalmente desde Haití y Venezuela.
Reconocemos el derecho a la libre
expresión, pero recordamos también que el Estado de derecho implica garantizar
la seguridad y la dignidad de todos los dominicanos y extranjeros, sin
distinción de su estatus migratorio.
En ese sentido, es imprescindible
esclarecer el origen de los graves incidentes en Uvero Alto, donde una
mezcla de frustración e impotencia parece haber sido el detonante. Es bien
sabido que algunos responsables de firmas constructoras han incurrido en la
práctica abusiva de no pagar o engañar a trabajadores de la construcción
haitianos. ¡Paz al alma de la víctima!
Respecto a la marcha convocada para el
30 de marzo, hemos observado un intenso debate entre figuras dominicanas en las
plataformas digitales. Algunos han hecho un llamado a la sensatez respecto a la
pertinencia de la actividad en el contexto actual, mientras que otros han instado
a los dominicanos a acudir armados, lo que representa un serio riesgo para la
estabilidad y el orden público. Es fundamental que las autoridades presten
atención a estos llamados a la violencia, que hasta el momento no han sido
sancionados, para evitar un escenario de caos donde el Estado pierda el control
de una actividad con una tendencia abiertamente antihaitiana.
Hace 15 años, los dominicanos
"marcharon" hacia Haití para solidarizarse con un pueblo devastado
por uno de los terremotos más trágicos del mundo. Hoy, el país vecino enfrenta
la peor crisis política y de seguridad de su historia, agravada por
la violencia de las pandillas, lo que ha generado cifras de desplazados
comparables a las del terremoto, superando el millón de personas. La
palabra clave es solidaridad.
Es oportuno recordar que el pueblo
dominicano es reconocido por su hospitalidad, un valor que lo ha convertido en
líder del turismo en el Caribe. Punta Cana recibe la mayor cantidad de
visitantes extranjeros, y la mano de obra haitiana ha demostrado ser
indispensable para el desarrollo regional, desempeñándose en sectores clave
como la agricultura, la construcción y los servicios turísticos, teniendo al
Hoyo de Friusa como su hábitat. Más allá de esta región, su esfuerzo ha sido fundamental
para el crecimiento económico y social del país.
Llamamos, pues, a la paz, al respeto
mutuo y a la reflexión. La convivencia armoniosa fortalece nuestra sociedad y
nos permite construir un futuro de oportunidades para todos.
Asimismo, en un marco de justicia social
y con el objetivo de prevenir o reducir al mínimo la violencia derivada de
la pobreza y la precariedad, proponemos el desarrollo de un
vasto plan habitacional a través de una alianza público-privada en beneficio de
los habitantes dominicanos y haitianos del Hoyo de Friusa, estableciendo
condiciones claras para los potenciales beneficiarios en términos de
nacionalidad y estatus migratorio.
¡El cambio se impone en Friusa, pero de
manera positiva!".
Fuentes: Comunicado de
la Fundación Zile y archivos periodísticos.
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