Santo Domingo.- Cantando desde el dolor, y con la firme convicción de que su padre, el merenguero Rubby Pérez, la acompañaba en los acordes desde el cielo, la hija del querido artista dominicano, Zulinka Pérez, honró su memoria, haciendo lo que mejor él sabía hacer.
El presidente de la
República, Luis
Abinader, la primera dama, Raquel Arbaje, sus familiares,
compañeros de profesión y seguidores se reunieron para despedirlo en el Teatro Nacional,
el lugar donde hace menos de un mes recibió un reconocimiento durante los premios
Soberano, y en el que también hizo gala de su potente voz.

El mandatario rindió guardia de honor ante
el ataúd de este ícono de la cultura dominicana junto a la primera dama y los
ministros de Cultura, Roberto Ángel Salcedo, y de la
Presidencia, José Ignacio Paliza.
Palabras de Zulinka Pérez.- “No sé cómo volveré a
subir a un escenario sin él”, dijo la hija del
artista, sin poder contener las lágrimas, las mismas que no han cesado de su rostro desde
ese fatídico suceso, la madrugada del martes 8 de abril, cuando quedó atrapado
tras el colapso del techo de la discoteca Jet Set, donde previamente ambos estaban
cantando.
“Lo recordaré con
mucho amor y respeto,
como siempre se manejó con todos”, añadió la también artista.

El
homenaje póstumo.-
El acto estuvo organizado por el ministro de Cultura, Roberto Ángel
Salcedo.
El lugar resultó
insuficiente para la gran cantidad de personas que quisieron darle el último adiós.
Artistas como Juan
Luis Guerra, Amaury Sánchez, Eddy Herrera, Marcel, Frank Ceara,
o Niní Cáffaro, entre otros, estuvieron haciendo guardia a su féretro.
Un ambiente denso,
triste, emocional se sentía, mientras numerosas personas trataban
de verlo. “Déjenme verlo, era mi artista preferido”, gritaba una señora, entre
llanto.

Al finalizar las honras fúnebres de “La
voz más alta del merengue” en el Teatro Nacional, se programó darle cristiana sepultura a
partir de las cinco de la tarde, en el parque cementerio Puerta del
Cielo.
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