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Sobreviviente entre escombros: Abel Guzmán relata el drama vivido en Jet Set durante concierto de Rubby Pérez

SANTO DOMINGO. El lunes 7 de abril de 2025, Abel Guzmán vivió lo que describe como su “cita a ciegas con la muerte”. Esa noche, una tragedia sin precedentes ocurrió en la discoteca Jet Set, durante un concierto del merenguero Rubby Pérez. A pesar del caos, Guzmán sobrevivió, aunque con heridas físicas y el alma golpeada por el dolor de quienes no pudieron contar la historia.

Todo comenzó con una llamada de su amiga Nelsy Cruz, conocida por su alegría y espíritu de servicio, quien le invitó al evento. Aunque tenía una reunión de trabajo esa noche, Guzmán accedió a encontrarse con ella en el lugar pasadas las 10:00 p.m.

Llegó primero y fue ubicado en una pequeña sección al fondo de la pista. Más tarde salió a recibir a Nelsy, quien llegó con una amiga que, horas después, se convertiría en heroína. Al regresar, su mesa fue ocupada, por lo que buscaron otro espacio. Finalmente fueron reubicados cerca de la salida de emergencia, en lo que él consideró un espacio menos favorable para el boleto VIP que había adquirido. Sin embargo, esa decisión, dictada por la disponibilidad, terminó salvándole la vida.

Durante el espectáculo, compartieron con amigos como el exsenador Franklin Rodríguez y Eduardo Guarionex Estrella, y bailaron varios temas del repertorio de Rubby Pérez. Todo parecía normal hasta que, en medio de una conversación con el cantante Héctor Acosta "El Torito", Guzmán notó un desprendimiento en el techo.

El colapso fue inminente. “El instinto me hizo moverme en microsegundos hacia la derecha”, relata. Aun así, fue alcanzado por los escombros, que lo hirieron en el hombro y atraparon su pierna izquierda. Desde el suelo, vio a Nelsy parcialmente atrapada y logró hablar con ella. “Ay, Abel”, le dijo, aún consciente.

Gracias a la ayuda de un camarero y de la amiga de Nelsy, quien milagrosamente se liberó y pidió ayuda a su chofer, lograron rescatar a la gobernadora de Montecristi. Guzmán también fue sacado con dificultad y permaneció sentado en la acera, incapaz de caminar por el dolor.

Un policía lo ayudó a llegar a una ambulancia del 911, donde recibió atención de una paramédica que le recomendó acudir a la clínica Abreu. Allí fue tratado por el doctor Máximo Domínguez y una joven doctora, Katherine Acosta, mientras trataban de localizar a sus familiares. El celular, perdido en la tragedia, fue recuperado días después por un oficial que lo rescató de los escombros.

En medio del dolor, Abel fue rodeado de una ola de solidaridad. Familiares, amigos y desconocidos se volcaron a expresarle su cariño. "El mensaje divino fue claro", reflexiona. “Este es mi segundo chance”. Ya en 2009, sobrevivió a un violento atraco en San Francisco de Macorís, cuando fue lanzado por un despeñadero por sus atacantes.

Hoy, entre el recuerdo de los merengues y las imágenes imborrables de una noche fatídica, Abel Guzmán sigue adelante, agradecido por la vida y conmovido por la pérdida. De esta experiencia rescata una lección de vida: "Sembrar amor, servir y valorar a los demás es lo único que realmente queda de nosotros".

Fuente: Periódico Hoy

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