Expertos alertan que eventos extremos serán más frecuentes y demandan fondos de reubicación, impulso masivo de energías renovables y eliminación de riesgos ambientales críticos. Como se observa en la foto, en la actualidad existen cinco grandes montañas de cenizas de carbón tóxicas que contienen alrededor de un millón de toneladas de estos residuos muy cerca de la costa y rodeadas de cultivos y de población. Cuando llueve o se presentan tormentas, se forma una gran laguna de cenizas que contamina las aguas superficiales y subterráneas y los terrenos del lugar.
Santo Domingo, República Dominicana – La pasada irrupción del fenómeno climático Melissa, que durante cuatro días afectó al país con lluvias y vientos inusualmente intensos, ha dejado en evidencia la alta vulnerabilidad de la República Dominicana frente a huracanes y fenómenos extremos, advirtieron este domingo el Comité Nacional de Lucha Contra el Cambio Climático (CNLCC) y el Instituto de Abogados para la Protección del Medio Ambiente (INSAPROMA).
Según las organizaciones, los estragos causados por Melissa, a pesar de mantenerse a unos 400 kilómetros al sur de La Hispaniola, son un claro indicio de la incapacidad del país para enfrentar un huracán de categoría 4 o 5 durante 24 a 48 horas, similar al que se espera impacte Jamaica a inicios de esta semana.
“Si una tormenta a esa distancia ya provoca graves daños, imaginen un ciclón estacionado sobre el país; los efectos serían catastróficos, con retrocesos de décadas en infraestructura, economía y seguridad de la población”, alertaron los expertos.
Fenómenos extremos: una advertencia constante
El CNLCC y INSAPROMA enfatizaron que fenómenos como Melissa se repetirán y serán cada vez más erráticos, consecuencia directa del cambio climático que intensifica los disturbios atmosféricos y eleva su potencia destructiva.
Urgencia de un fondo de reubicación poblacional
Ante la amenaza de desastres, las organizaciones demandaron al Gobierno la creación inmediata de un fondo equivalente al 3% del PIB destinado a trasladar a las comunidades que viven en zonas de alto riesgo, como los márgenes del río Ozama, cañadas, laderas inclinadas, tierras bajas y áreas costeras, hacia lugares seguros con viviendas dignas y servicios básicos.
“No podemos esperar a que la desgracia llegue cuando ya hemos podido preverla con tiempo”, insistieron.
Impulso masivo de energías renovables
Los expertos urgieron, además, una implementación masiva de energías renovables, no solo para cubrir el déficit eléctrico y garantizar soberanía energética, sino como medida estratégica para reducir emisiones de gases de efecto invernadero, principales causantes del cambio climático.
“Si queremos exigir a los países del Norte Global que reduzcan drásticamente sus emisiones y cumplan con reparar los daños en los Trópicos, debemos liderar con el ejemplo y descarbonizar la generación eléctrica y los sistemas productivos, tal como establece la Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo No. 1-12”, recordaron.
Riesgos ambientales críticos: presas y cenizas
El CNLCC y INSAPROMA también se pronunciaron contra la construcción de la presa de colas en Zambrana, Cotuí, advirtiendo que su falla, por fenómenos climáticos o sísmicos, pondría en riesgo la vida de comunidades y terrenos entre Cotuí y Samaná, con residuos mineros alcanzando el océano en pocas horas.
Asimismo, reiteraron la urgencia de retirar las montañas de cenizas de carbón de Punta Catalina, que actualmente se encuentran a la intemperie en el batey San José, a menos de 1,5 km de la costa sur, donde Melissa ha provocado la formación de lagunas que arrastran y dispersan residuos tóxicos, poniendo en peligro ríos, arroyos, cultivos y comunidades cercanas.
“Una tormenta cercana podría dispersar estas cenizas a cientos de kilómetros. Estudios de la Universidad de Duke en 2021 confirmaron su alto contenido de elementos nocivos para la vida humana y el medio ambiente”, señalaron.
Jamaica como espejo del futuro
Finalmente, las organizaciones instaron a tomar en serio la preparación ante huracanes, observando cómo Melissa, que a partir del lunes 27 de octubre se convertirá en huracán de categoría 4 o 5, afectará a Jamaica, como un reflejo de lo que podría ocurrir en cualquier momento en República Dominicana si no se actúa con rapidez y decisión.
“El tiempo de postergar acciones que protejan vidas y territorios ha terminado. Las autoridades y la sociedad deben asumir con urgencia medidas estructurales y preventivas frente al cambio climático”, concluyeron.


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