Puerto Príncipe, Haití.- Volvieron a estallar tiroteos el martes en Puerto Príncipe, obligando a trabajadores de ayuda humanitaria a suspender el cuidado a miles de haitianos.
Semanas de violencia pandillera han
llevado al cierre de 18 hospitales y han causado una escasez de suministros
médicos, mientras el puerto y aeropuerto internacional de la capital haitiana
siguen cerrados, advirtió The Alliance for International Medical Action
(ALIMA), una organización humanitaria basada en Senegal.
“La situación es realmente difícil y
afecta nuestro movimiento a diario”, dijo Antoine Maillard, el coordinador
médico de la organización basado en Puerto Príncipe.
La violencia de las pandillas ha obligado
a unas 17.000 personas a huir de sus viviendas en la capital. Muchas están
abarrotadas en escuelas abandonadas u otros edificios, compartiendo un solo
inodoro.
Maillard dijo que los cooperantes pudieron
llegar a uno de los campamentos para personas desplazadas el martes, “pero
había demasiados disparos para poder dar apoyo”.
Aseveró que la crisis de salud está
empeorando. Es difícil encontrar medicamentos básicos como antibióticos o
antidiarreicos porque la violencia de las pandillas ha obstaculizado los
suministros. Los pocos medicamentos que quedan se han duplicado o triplicado de
precio.
Eso significa que haitianos como Denise
Duval, de 65 años, no pueden comprar medicamentos o ver a un doctor.
“Mi salud ahora no es buena”, relató la mujer,
añadiendo que tiene alta presión arterial y con frecuencia siente mareos. “De
tanto escuchar disparos me late fuerte el corazón”.
Duval está cuidando a tres nietos, cuya
madre emigró a la vecina República Dominicana en busca de trabajo. La madre
envía dinero cuando puede, pero Duval dice que no basta para comprar
medicamentos y mantener a los niños al mismo tiempo.
“Vivimos al día, con la esperanza de que
algo cambie”, expresó sentada frente a su casa, lavando platos en un balde.
Se siguen escuchando disparos en Puerto
Príncipe, aunque la violencia de las pandillas se ha atenuado en algunas zonas
desde que hombres armados empezaron a atacar infraestructura pública el 29 de
febrero.
Varias vías siguen intransitables,
impidiéndole a haitianos como Nadine Prosper, de 52 años, llegar a unos de los
pocos hospitales que todavía funcionan. Prosper perdió parte de su pierna
izquierda en el terremoto de 2010, y ahora no puede conseguir los medicamentos
que necesita.
“Todavía estoy sufriendo”, dijo Prosper
cuando caminaba de regreso a su casa, con un bastón en la mano y una bolsa con
comida en la otra.
Fuentes: Informe de The Alliance
for International Medical Action (ALIMA), agencias internacionales de prensa y
archivos periodísticos.
0 Comentarios
Deje su comentario
Emoji