Recientes

7/recent/ticker-posts

Harvard desafía a la administración Trump y defiende su autonomía frente a presiones federales

Estados Unidos.- Harvard, la universidad más antigua y acaudalada de Estados Unidos, se encuentra en el centro de un tenso enfrentamiento con el gobierno del expresidente Donald Trump, que busca imponer reformas profundas al sistema de educación superior del país.

La prestigiosa institución se convirtió recientemente en la primera universidad en rechazar abiertamente las exigencias del gobierno federal, que busca restringir el activismo en los campus, eliminar programas de diversidad e imponer un mayor control sobre los estudiantes internacionales.

Harvard sostiene que estas medidas amenazan no solo su independencia institucional, sino también la autonomía académica que la Corte Suprema ha protegido durante décadas. “La universidad no cederá su independencia ni renunciará a sus derechos constitucionales”, afirmaron sus abogados en una carta enviada al gobierno. Añadieron que “ni Harvard ni ninguna otra universidad privada pueden permitirse ser tomadas por el gobierno federal”.

Como represalia, la administración de Trump anunció la congelación de más de 2,200 millones de dólares en subvenciones y 60 millones en contratos para la universidad. Esta sería la séptima vez que el gobierno toma esta medida contra una institución de la Ivy League, como parte de una campaña para alinear las universidades con su agenda política.

Aunque Harvard cuenta con una dotación de 53,000 millones de dólares —la mayor del país—, también depende en gran medida de los fondos federales para sus proyectos de investigación científica y médica. No está claro cuánto tiempo podría resistir sin ese apoyo económico.

El gesto de Harvard ha comenzado a generar eco en otras universidades. En Columbia, por ejemplo, la presidenta interina Claire Shipman señaló que algunas demandas del gobierno “no están sujetas a negociación”, y destacó el valor del ejemplo de Harvard. “Su decisión tiene el potencial de galvanizar una resistencia colectiva”, comentó el profesor de Derecho David Pozen, quien también calificó las exigencias gubernamentales de “ilegales”.

El expresidente Trump ha intensificado sus ataques en redes sociales, incluso sugiriendo que Harvard debería perder su estatus de exención fiscal si continúa promoviendo lo que él considera ideologías que “inspiran a terroristas”.

Desde Harvard se sostiene que las demandas violan la Primera Enmienda y otras leyes de derechos civiles. “Ningún gobierno, independientemente de qué partido esté en el poder, debería dictar lo que las universidades privadas pueden enseñar, a quién pueden admitir y contratar, y qué áreas de investigación pueden seguir”, escribió su presidente, Alan Garber.

Entre las exigencias más polémicas están la eliminación total de programas de diversidad, equidad e inclusión, y la implementación de una política de disciplina estricta contra los manifestantes propalestinos. También se ha pedido a Harvard que identifique a estudiantes extranjeros considerados “hostiles a los valores estadounidenses”.

Algunos sectores conservadores han sugerido que Harvard debería renunciar a los fondos federales para preservar su autonomía, siguiendo el ejemplo de Hillsdale College, una institución privada que no acepta ayuda pública. Esta posibilidad es vista como poco viable, aunque Harvard podría verse obligada a usar una mayor parte de su dotación para compensar los recortes.

Barack Obama fue una de las figuras que apoyó públicamente a Harvard, calificando su postura como un rechazo a un “torpe intento del gobierno de reprimir la libertad académica”.

En contraste, el Republican Club de Harvard instó a la universidad a llegar a un acuerdo con el gobierno y “volver a los principios estadounidenses que formaron a los grandes hombres de esta nación”.

Fuente: Medios de Prensa Internacionales

Publicar un comentario

0 Comentarios