Naciones Unidas, Nueva York.- La 80ª Asamblea General de la ONU se convirtió este martes 23 de septiembre en escenario de fuertes pronunciamientos de presidentes latinoamericanos que cuestionaron la política exterior de Estados Unidos y condenaron la ofensiva de Israel en Gaza. Los mandatarios de Chile, Brasil, Colombia y Perú coincidieron en la necesidad de defender el multilateralismo, respetar la soberanía de los pueblos y poner fin a las violaciones de los derechos humanos.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, fue uno de los oradores más contundentes al exigir que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, sea juzgado en un tribunal internacional por lo que calificó como genocidio en Gaza. “Gaza es una crisis global porque es una crisis de la humanidad”, afirmó, comparando la tragedia palestina con el Holocausto.
En medio de su discurso, Boric sorprendió al anunciar la candidatura de Michelle Bachelet a la Secretaría General de la ONU, destacando su experiencia y subrayando que “es tiempo de que una mujer lidere las Naciones Unidas”.
Por su parte, la presidenta de Perú, Dina Boluarte, centró su intervención en la reforma de la ONU para evitar bloqueos en la toma de decisiones. Alertó contra el resurgimiento del totalitarismo y advirtió que “no es admisible la invasión de un país ni la matanza de civiles en ninguna circunstancia”.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, rechazó las sanciones unilaterales de Washington contra jueces y funcionarios brasileños, a las que calificó como “una agresión directa a la democracia y soberanía” de su país.
En su última participación ante la Asamblea, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, lanzó uno de los discursos más duros, proponiendo la creación de un “ejército de la salvación del mundo” para liberar a Palestina. También acusó a EE. UU. y la OTAN de “matar la democracia” y denunció operaciones militares en el Caribe que, según él, provocaron la muerte de jóvenes inocentes.
Coincidencias y tensiones en el pleno de la ONU
Aunque con matices distintos, los cuatro mandatarios coincidieron en el rechazo a las sanciones unilaterales, la condena a la ofensiva israelí en Gaza y la exigencia de respeto al derecho internacional.
Las propuestas más audaces de la jornada —el juicio a Netanyahu impulsado por Boric y el ejército internacional planteado por Petro— provocaron apoyo de países del sur global, mientras que delegaciones de EE. UU. y aliados abandonaron la sala en señal de protesta.


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