La captura de Dimitri Vorbe se suma a la reciente detención de Réginald Boulos y refleja el endurecimiento de la presión de Washington contra la élite haitiana acusada de vínculos con corrupción y bandas violentas. Como se observa en la foto, los operativos de los agentes federales son frecuentes en diversos estados y ciudades del gran país del Norte.
Redacción de Internacionales.– Agentes federales de inmigración detuvieron en Miami a Dimitri Vorbe, considerado uno de los empresarios más influyentes y acaudalados de Haití, en un nuevo golpe contra la élite política y económica de ese país caribeño.
De acuerdo con registros oficiales, Vorbe permanece bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE), recluido en el Centro de Procesamiento de Servicios Krome North. Hasta el momento, no se han revelado cargos formales en su contra y las autoridades migratorias no han ofrecido declaraciones.
La detención ocurre apenas dos meses después del arresto en Florida de Réginald Boulos, médico, empresario y exaspirante presidencial haitiano, acusado de respaldar a bandas armadas que Washington ha calificado como grupos terroristas.
“El mensaje es claro: la élite haitiana ya no es intocable”, señaló el analista y escritor Michael Deibert, experto en la crisis de Haití.
Un heredero con poder e influencia
Vorbe pertenece a una influyente familia propietaria de Société Générale d’Énergie S.A., compañía que durante años fue uno de los principales proveedores de electricidad para el Estado haitiano. Además, la familia obtuvo importantes contratos de infraestructura durante los gobiernos de René Préval.
En 2020, la administración del asesinado expresidente Jovenel Moïse confiscó la empresa eléctrica de los Vorbe bajo acusaciones de corrupción. Desde entonces, el empresario ha estado bajo la mira internacional, al igual que otras figuras de la élite haitiana.
“Ni Boulos ni Vorbe gozan de simpatía en Haití; para muchos ciudadanos estas detenciones representan un mínimo gesto de justicia en un país con un sistema judicial roto”, apuntó Jake Johnston, investigador del Centro de Investigación Económica y Política en Washington.
Contexto de sanciones y presión internacional
El arresto de Vorbe coincidió con la decisión del Gobierno estadounidense de sancionar a dos exlegisladores haitianos vinculados a la familia, Arnel Belizaire y Antonio Cheramy, acusados de “corrupción significativa”.
“El Gobierno de Estados Unidos seguirá persiguiendo sin descanso a quienes apoyan a las bandas terroristas”, advirtió Christopher Landau, subsecretario de Estado.
La familia Vorbe, además de su poder económico, mantiene conexiones políticas de alto nivel. Joel “Pacha” Vorbe es miembro del influyente partido Fanmi Lavalas, mientras que un abogado de sus empresas llegó a ocupar el cargo de ministro de Justicia antes de ser sancionado por Canadá.
Estas acciones forman parte de una ofensiva más amplia de Washington contra sectores de la élite haitiana señalados de colaborar con las bandas armadas que hoy controlan cerca del 90 % de Puerto Príncipe.


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