Redaccuón Internacional.- Una nueva vuelta de tuerca en la crisis hemisférica sella la semana con una llamada entre dos de los protagonistas más controvertidos del escenario geopolítico actual: Donald Trump y Nicolás Maduro.
Según reconstruye la prensa internacional, el contacto telefónico (reportado por medios como Infobae, The New York Times en Español, The Washington Post, The Guardian y otros) ocurrió el pasado fin de la semana pasada y se habría repetido esta semana. Una de las conversaciones entre Maduro y Trump habría contado con la participación del Secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio.
La comunicación habría abordado la posibilidad de un encuentro cara a cara, lo que —a pesar de ser descartado oficialmente por La Casa Blanca— marca un giro inesperado en medio de una escalada militar sin precedentes.
Una ofensiva militar sin pausa
Desde agosto de 2025, la administración de Trump ha desplegado un abultado dispositivo naval en el Caribe y el Oceano, acompañado de 21 ataques a embarcaciones acusadas de narcotráfico, en una campaña que los estadounidenses justifican como lucha antidrogas, pero que críticos y analistas interpretan como preludio de una intervención con otros fines.
Según registros públicos, esas incursiones han dejado al menos 83 muertos y solo dos supervivientes, en una serie de operaciones que algunos expertos describen como ejecuciones extrajudiciales, al no mediar acusaciones judiciales ni presentación de pruebas públicas.
El despliegue naval acompaña la declaración oficial por parte de Estados Unidos del supuesto Cartel de los Soles como “organización terrorista extranjera”, liderada por Maduro y su entorno, lo que abre la puerta a nuevas formas de presión diplomática y militar.
¿Una oferta diplomática real o maniobra estratégica?
El contacto telefónico ocurre en un momento de máxima tensión, pero también en un contexto donde Washington mantiene abierta la puerta al diálogo. Según declaraciones recientes de Trump, su prioridad es “salvar vidas”, ya sea mediante diplomacia o, si es necesario, por la fuerza.
Sin embargo, fuentes vinculadas a la Casa Blanca calificaron como “un invento” la posibilidad de una reunión presencial inmediata entre ambos mandatarios.
Esto sugiere que la supuesta oferta de encuentro podría formar parte de una estrategia para mostrar flexibilidad diplomática, mientras Washington mantiene lista su maquinaria de guerra.
Riesgos de una escalada abierta
Voces internacionales han advertido que la mezcla de discursos belicistas, operaciones militares en alta mar y presión directa al gobierno de Maduro podría detonar una crisis humanitaria, política y geopolítica de grandes dimensiones.
Para Venezuela, la designación del Cartel de los Soles como organización terrorista significa un salto dramático: legitima acciones militares contra estructuras estatales, algo sin precedentes desde la Guerra Fría en América Latina.
En la región caribeña y latinoamericana, la incertidumbre crece. Países con vínculos económicos, migratorios y diplomáticos con Venezuela observan con preocupación cómo una confrontación de este tipo podría desestabilizar más aún la zona.
¿Qué observar de cara al futuro?
Si prosperan los rumores de invasión, o se concreta una operación terrestre, con lo que implicaría un conflicto abierto entre dos naciones soberanas.
Qué reacción internacional deja la escalada: reacciones de países regionales, organismos multilaterales, cortes internacionales.
Cómo impactará esto a la población venezolana, especialmente desde la óptica de derechos humanos.
Si el supuesto diálogo desemboca en negociaciones políticas reales o se queda en un pulso retórico con armas de por medio.



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