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Susie Wiles rompe el silencio y sacude la Casa Blanca con revelaciones sobre Donald Trump

La secretaria general del presidente ofrece un retrato crudo e inédito del poder, la venganza política y las tensiones internas del segundo mandato, en explosivas entrevistas con Vanity FairEn la foto, la secretaria general de la Casa Blanca, Susie Wiles, cuando asiste a una rueda de prensa con el presidente Donald Trump y el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, en el Despacho Oval, el 21 de mayo de 2025. 

Redacción Internacional.- Como una detonación política de alto calibre, una serie de entrevistas concedidas por Susie Wiles, secretaria general del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha recorrido el mundo este miércoles 17 de diciembre de 2025, dejando al descubierto una visión interna tan descarnada como inquietante del funcionamiento del poder en la Casa Blanca.

Las declaraciones, publicadas por la revista Vanity Fair tras más de diez encuentros con la funcionaria, rompen con el tradicional hermetismo del círculo más cercano al mandatario y colocan en el centro del debate internacional el temperamento, las motivaciones y los conflictos que marcan el segundo mandato de Trump.

Desde el inicio, Wiles no ahorra palabras. Con una franqueza poco habitual en la alta política estadounidense, afirma que el presidente “tiene la personalidad de un alcohólico”, a pesar de ser conocido por su abstinencia. La comparación no es gratuita. Según explica, los alcohólicos de alto funcionamiento tienden a exagerar su personalidad, algo que, a su juicio, define el estilo de liderazgo de Trump.

“Gobierna con la idea de que no hay nada que no pueda hacer. Nada, nada, nada”, aseguró Wiles, quien afirmó hablar desde una experiencia personal marcada por haber crecido con un padre alcohólico, el legendario comentarista deportivo Pat Summerall. Esa vivencia, dijo, la convirtió en una “experta en personalidades fuertes”.

La sombra de la venganza política

Uno de los pasajes más delicados de las entrevistas gira en torno a la posibilidad de represalias políticas. Wiles admitió que los procesos judiciales contra adversarios del presidente podrían ser percibidos como vengativos, particularmente en el caso del exdirector del FBI, James Comey.

“No puedo decirles por qué no deberían pensar eso”, confesó. Aunque matizó que Trump no se despierta cada mañana pensando en vengarse, reconoció que “cuando se presenta la oportunidad, la aprovecha”.

La funcionaria reveló que intentó persuadir al presidente para que pusiera fin a sus “ajustes de cuentas” durante los primeros 90 días del segundo mandato. El esfuerzo, sin embargo, fracasó. La presión para iniciar procesos judiciales continuó, impulsada, según Wiles, por un deseo de revancha profundamente arraigado.

En ese contexto, al referirse a las acusaciones de fraude hipotecario contra la fiscal general de Nueva York, Letitia James, lanzó una frase que resonó con fuerza: “Bueno, esa podría ser la única venganza”.

Epstein, Clinton y errores presidenciales

Otro capítulo polémico tiene como eje los archivos del caso Jeffrey Epstein. Wiles reconoció que el presidente no contaba con pruebas para sostener su acusación de que el expresidente Bill Clinton visitó la isla privada del delincuente sexual convicto.

“No hay pruebas”, afirmó sin rodeos. Incluso admitió que, tras revisar la documentación disponible, “el presidente se equivocó en eso”, descartando la existencia de material incriminatorio contra Clinton en los archivos.

Las críticas se extendieron también a la fiscal general Pam Bondi, a quien Wiles acusó de haber “fallado por completo” en la gestión de los documentos relacionados con Epstein. Según relató, Bondi entregó carpetas “llenas de nada” a influyentes conservadores y alimentó expectativas inexistentes al hablar de una supuesta lista de clientes.

“No hay ninguna lista de clientes, y desde luego que no estaba en su escritorio”, sentenció.

Aliados bajo la lupa

Las evaluaciones de Wiles no se limitaron al presidente. También ofreció retratos poco complacientes de varios de sus aliados más cercanos.

Sobre el vicepresidente J. D. Vance, señaló que ha sido un teórico de la conspiración durante una década y sugirió que su transformación, de crítico feroz de Trump a leal aliado, fue “en cierto modo política”.

En cuanto al magnate tecnológico Elon Musk, exaliado del presidente, lo describió como un consumidor declarado de ketamina y “un tipo peculiar, como creo que son los genios”. No obstante, confesó haberse sentido “horrorizada” por su decisión de desmantelar la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

Uno de los calificativos más duros fue dirigido a Russell Vought, coautor del Proyecto 2025 y director de la Oficina de Administración y Presupuesto, a quien describió como “un fanático absoluto de la derecha”.

Tensiones en política exterior y migración

Las entrevistas también revelan profundas reservas de Wiles en temas clave de política pública. En materia migratoria, advirtió que las deportaciones deben ser manejadas con mayor cuidado para evitar errores graves.

Sobre Venezuela, expuso una visión alarmante del enfoque presidencial. Según Wiles, Trump “quiere seguir haciendo estallar barcos hasta que Maduro se dé por vencido”, una idea que, aseguró, ha sido respaldada por asesores “mucho más inteligentes” que ella en asuntos militares. Reconoció, no obstante, que cualquier ataque requeriría autorización del Congreso, pese a que el presidente ha insinuado que estas acciones podrían ocurrir “pronto”.

Indultos, aranceles y sucesión

Wiles también relató haber instado sin éxito a Trump a no indultar a los manifestantes más violentos del 6 de enero de 2021, así como a retrasar el anuncio de nuevos aranceles en medio de lo que describió como un “enorme desacuerdo” entre sus asesores.

Finalmente, expresó su deseo de que el presidente concentre más su atención en la economía y menos en Arabia Saudita, al tiempo que reflexionó sobre el futuro del trumpismo. Mencionó a posibles sucesores, destacando cómo figuras como J. D. Vance y el secretario de Estado, Marco Rubio, terminaron respaldando a Trump tras haberle dado la espalda en el pasado.

Repercusiones en curso

Tras la publicación de estas explosivas entrevistas, la cadena CNN informó que se ha puesto en contacto con la Casa Blanca en busca de reacciones oficiales. Hasta el momento, el silencio domina en Washington.

Mientras tanto, las palabras de Susie Wiles ya han dejado una huella profunda: un retrato interno del poder marcado por el temperamento, la confrontación y una agenda que, según su propia secretaria general, camina peligrosamente entre la estrategia política y la vendetta personal.

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