Caracas, Venezuela.– Entre luces multicolores, gaitas y decoraciones navideñas, Venezuela celebra la Navidad en un ambiente marcado por la ansiedad y la incertidumbre política. En las principales ciudades del país, especialmente en Caracas, las festividades conviven con el temor latente a una posible escalada de tensiones con Estados Unidos.
María Abreu camina por un bulevar capitalino adornado con luces y figuras propias de la temporada. Conversa con amigos, ríe y trata de disfrutar el momento, aunque reconoce que el contexto internacional genera inquietud. “Prefiero no pensar en eso y, si va a pasar, que pase y ya. Se vive el día a día”, comenta, reflejando el sentimiento de muchos ciudadanos que intentan sobrellevar la situación con resignación.
El despliegue militar estadounidense en el Caribe y las reiteradas advertencias de Washington hacia el Gobierno venezolano han incrementado la preocupación en sectores de la población, que temen consecuencias económicas, políticas o incluso un escenario de confrontación armada. Aunque las autoridades venezolanas han insistido en que el país está preparado para defender su soberanía, el clima de tensión internacional se mantiene.
A pesar de ello, las tradiciones navideñas siguen vivas. Familias enteras se congregan en plazas, centros comerciales y avenidas para compartir, escuchar música y mantener el espíritu festivo, como una forma de resistencia cotidiana frente a la incertidumbre. Para muchos venezolanos, la Navidad representa una pausa necesaria en medio de un año complejo, una oportunidad para aferrarse a la esperanza, aun cuando el futuro inmediato luce incierto.
En medio de celebraciones y preocupaciones, Venezuela recibe la Navidad con un sentimiento dual: la alegría propia de la temporada y la ansiedad de un contexto político y geopolítico que sigue bajo la atenta mirada del mundo.
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