Esposos argentinos viajan en helicóptero a Haití para poder adoptar a Zac y Bibi: La odisea que vivieron Gabriella y José por su deseo de convertirse en padres y agrandar la familia; adoptaron a dos hermanitos en Puerto Príncipe y hoy viven juntos en la Ciudad de Buenos Aires; “Teníamos miedo de ser secuestrados y no poder regresar”, confiaron en conversación periodística. En la foto, Gabriella y José con sus hijos adoptados Zac y Bibi.
Por Vianelo Perdomo
Redacción internacional.- Para el autor de esta crónica es habitual ver la prensa nacional e internacional como tarea previa a las jornadas de cada día, simultáneamente a tomar el primer café (o té) del día.
Este sábado, 2 de agosto de 2025, nos
encontramos con una conmovedora historia publicada esta semana en el periódico
LA NACIÓN, de Buenos Aires, Argentina. Una historia un poco larga, pero que les
invito a leerla, tal vez así nos motivemos a hacer lo mismo que los esposos
argentinos Gabriella y José.
José y Gabriella son una pareja de argentinos que desde hace años
estaban casados y buscaban agrandar su familia; pero, por
distintos motivos lo postergaron. Su forma de ver la vida cambió durante un
viaje que hicieron a África, el cual les despertó nuevamente el deseo de ser padres. Sin hablarlo
previamente, los dos sintieron que querían
convertirse en papás a través de una adopción internacional.
Luego de investigar mucho y cruzarse con
una persona que ya había adoptado a una niña en Haití, decidieron emprender ese
camino. Lo hicieron con el corazón, y gracias al trabajo de un orfanato y una ONG llamada HiHaití, de Puerto Príncipe.
Sin embargo, cuando empezaron no se imaginaban todo lo que iban a tener que
atravesar para consolidar la soñada familia que hoy tienen. Fue una verdadera
odisea.
Viajaron en helicóptero a la capital de
un país que, como dijo la Organización de las Naciones Unidas (ONU), tiene un
Estado al borde del colapso debido a la violencia de grupos armados. El
descenso se dio en un campo de golf al que solo acceden los diplomáticos. ¿El
motivo? Los disparos de las pandillas que invaden la ciudad y ya se cobraron
miles de vidas no alcanzan esa altura. De otra forma, hubieran corrido mucho
más riesgo.
Según datos de la ONU, solo en lo que va
de 2025 hubo en Haití más de 4000 asesinatos,
incluidos al menos 465 menores y mujeres,
lo que representa un aumento del 24% respecto al año anterior. Esto explica
también por qué no hay adopciones internas.
Para dar a conocer una realidad de la
que pocos son conscientes, la sobrina de José y Gabriella comenzó a editar videos que daban cuenta su
experiencia y los publicó en el perfil de TikTok @zacybibi. La historia de
adopción de Zac y Bibi (5 y 7 años) se viralizó rápidamente y los posteos se
llenaron de miles de ‘Me gusta’ y cientos de comentarios.
in dudas, esta historia de amor incondicional en medio de la violencia, el
miedo y la incertidumbre llegó al corazón de la gente. Por
tal motivo, la pareja de argentinos dialogó con el periódico LA NACION, de
Buenos Aires, Argentina. Y contó más detalles de su estremecedor camino y del
final feliz que hoy disfrutan.
-¿Cómo surgió la idea de adoptar?
José: La verdad es que nosotros veníamos postergando
la idea de ser padres por distintos motivos, excusas y demás. Cuando viajamos a
África, nos cambió la cabeza por completo. Fue un viaje bastante movilizante.
Al poco tiempo de venir, empezamos a ver si era posible adoptar… A los dos nos
surgió la idea. Era lo que queríamos hacer.
Gabriella: Más que una idea fue un sentir, lo
sentimos así.
-¿Y a partir de ese momento se pusieron a investigar para ver si
era posible adoptar?
Gabriella: Sí. Todo eso llevó un tiempo, casi un
año. Tuvimos entrevistas con algunos abogados y demás profesionales que se
dedican a las adopciones allá, pero era muy complicado. Nos pareció en su
momento que no había experiencia previa y como que éramos “conejillos de
India”. Nos habían dicho que teníamos que irnos a vivir al menos por tres meses
de repente al Congo, que es un país muy difícil para estar. El tiempo fue
pasando y por casualidad surgió la idea de adoptar en Haití. Nos cruzamos con
alguien que ya tenía experiencia porque había adoptado allá. Y fue por eso que
nos encaminamos.
-¿Ustedes habían pensado en adoptar acá en Argentina o surgió el
sentimiento de hacerlo allá?
José: Lo nuestro fue una decisión. Todo lo que
vivimos y lo que vimos allá, fue lo que nos hizo decidirnos a adoptar. Hay una
realidad muy dura... Por ejemplo, en Haití hay muchos nenes y los que están
dentro del sistema de adopción, que pueden entrar en un orfanato, son los que
más suerte tienen. Porque la mayoría de los nenes que no entran al sistema...
las familias los dan a una especie de esclavitud a otras para que tengan un
plato de comida por día. Hay una pobreza tan generalizada y tan grande que no
hay adopciones internas. Entonces, si no hay extranjeros que adopten a nenes de
estos países, no tienen otra salida.
-¿Y qué pasa con esos niños si no son adoptados?
Gabriella: Y es tristísimo ver porque cuando
van creciendo, ya a los 8 o 10 años, muy pocos son los que los adoptan. Y si
tienen suerte de que el orfanato los puede mantener hasta los 18 años, salen a
la calle sin una familia, sin ninguna contención, en un país que está
completamente devastado y complicado. Es terrible y todo eso que nos hizo
decidirnos.
-¿Cómo fue el viaje en helicóptero hasta llegar al orfanato?
Gabriella: Fue muy intenso lo del helicóptero.
Poner un pie en Haití ya es extremo. Nos interiorizamos del peligro al que nos
íbamos a exponer. Dejamos acá en Argentina todo organizado como si no
volviéramos. Dejamos hasta mails en la carpeta de salida con fechas posteriores
a nuestro regreso, por si no volvíamos. Ninguna compañía aérea ni ningún vuelo
privado quiere volar al aeropuerto de Puerto Príncipe porque los tirotean. El
helicóptero pudo aterrizar en el único campo de golf que hay allá que es para
diplomáticos. Además, aterriza ahí porque supuestamente las balas no llegan a
esa altura.
-¿Qué sintieron cuando se subieron?
Gabriella: Era una mezcla de adrenalina y
emoción por ir a buscar a nuestros hijos. Tenías que tener coraje para llegar.
En momentos tenía un miedo fatal por los secuestros.
José: Allá las bandas se financian secuestrando
gente y no hay casi extranjeros. Entonces, sos el principal candidato. Y no
sabés quién te puede marcar o quién no. Nosotros nos movíamos en una camioneta
polarizada, escondidos directamente para que no se viera desde afuera.
-Convivían con miedo todo el tiempo...
Gabriela: Sí, desde que pusimos un pie en el aeropuerto
hasta dormir a la noche en los hoteles era un miedo constante. Yo pensaba:
“Dios nos va a proteger”.
-El deseo de ir a buscarlos era mucho más grande...
José: Claro, nosotros ya teníamos la conexión con
los nenes. No había otra opción que ir por nuestros hijos. Estuvimos un año y
medio con videollamadas y formamos un vínculo que fue más fuerte que el miedo
que teníamos en ese momento.
-¿Qué les pasó cuando llegaron al orfanato, entraron y los vieron?
¿Cómo fue ese momento?
Gabriella: Primero nos iban a traer a los
nenes a la embajada por un tema de seguridad y para hacer el pasaporte
argentino. Pero preguntamos si podíamos ir al orfanato porque para nosotros era
un momento muy especial. Y así fue. Yo estaba en shock y estaba siempre atrás
de José.
José: No sabíamos cómo iban a reaccionar ellos y
obviamente pensamos mil veces cómo iba a ser ese momento. Cuando estaba ahí
pensé: “Los voy a dejar y le voy a dar espacio a ver si ellos se acercan”. Pero
después salió lo que salió.
Fueron corriendo a abrazarlos...
José: Así fue. No quise llorar porque no quería que
lo primero que vieran de mí fuera que estaba llorando. No quería que piensen
que algo no me gustaba o que estaba triste, era de alegría.
Gabriella: Fue una locura cómo lo abrazaron a
José.
-Y al ver a los otros niños, ¿qué les pasó por la cabeza?
José: Haití es una montaña rusa de emociones
continuas. En el orfanato vivís cosas impensadas. Todos los nenes te vienen a
pedir que los alces y te regalan dibujos… quieren que los adoptes. Te abrazan
todos.
Gabriella: Me acuerdo de que había dos
hermanas divinas, una que tenía 10 y la otra 12. Me abrazaban y yo no entendía
lo que me decían. Y la traductora me dijo, “Te están pidiendo que te las
lleves”. Querían ser nuestra familia -dice con la voz quebrada-. Desde que puse
un pie en Puerto Príncipe hasta que salí estuve totalmente en shock.
-¿Cuánto dura, en general, el trámite de adopción y cuánto se
demoró en su caso por la pandemia?
Gabriella: El tiempo estimado es tres años y
medio. En nuestro caso fueron cinco años y medio. Estuvimos casi cuatro sin
saber quiénes eran y después, el último año y medio comenzamos con
videollamadas.
¿Cómo es ser padres de Zac y Bibi?
José: Aprendimos todo de golpe y es un poco de todo
poner límites, enseñanzas. Los nenes son increíbles, no se puede creer.
Gabriella: Sí, son increíbles. El problema
somos nosotros que estamos aprendiendo a ser padres. Ellos son dos genios. Hace
seis meses que estamos juntos y los cuatro nos estamos adaptando a nuestra
nueva vida.
¿Por qué decidieron contarlo?
José: Esto surgió un poco porque mi sobrina empezó a
subir algunos TikTok de ellos y mucha gente se empezó a interesar y a preguntar
cómo era el tema de la adopción allá. Por eso decidimos contar nuestra
historia.
Gabriella: Contamos la historia para que muchas más personas
se animen a adoptar. Hay una necesidad extrema, estaría bueno que lo hagan.
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