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Trump anuncia reanudación de pruebas nucleares y desata ola de tensiones globales

El presidente estadounidense ordena “probar en igualdad de condiciones” con Rusia y China; Pekín pide responsabilidad y Moscú guarda silencio mientras analistas alertan sobre el inicio de una nueva carrera armamentista. En la foto, el presidente estadounidense, Donald Trump, este jueves (30-10-2025), tras reunión a puertas cerradas con su par chino, Xi Jinping, en Corea del Sur. 

Redacción Internacional.– El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prometió este jueves 30 de octubre de 2025 que su país reanudaría las pruebas de armas nucleares “en igualdad de condiciones” con Rusia y China, un anuncio que marca un giro drástico en décadas de política estadounidense y que ha provocado inquietud entre las potencias nucleares y los defensores del desarme mundial.

El anuncio se produjo minutos antes de su reunión con el presidente chino Xi Jinping en Busan, Corea del Sur, un encuentro que se esperaba sirviera para calmar las tensiones tras un año de turbulencias comerciales y diplomáticas.

“Estados Unidos tiene más armas nucleares que cualquier otro país”, escribió Trump en sus redes sociales. Y agregó: “Debido a los programas de prueba de otros países, he dado instrucciones al Departamento de Guerra para que comience a probar nuestras armas nucleares en igualdad de condiciones. Ese proceso comenzará de inmediato”.

La declaración, que tomó por sorpresa incluso a funcionarios del Pentágono, no especificó si se trataba de pruebas de explosivos nucleares reales o de sistemas de armas con capacidad nuclear. Desde 1992, Estados Unidos mantiene una moratoria voluntaria sobre las pruebas nucleares, mientras que China no realiza ensayos desde 1996.

Un informe reciente del Servicio de Investigación del Congreso advirtió que Estados Unidos necesitaría entre 24 y 36 meses para ejecutar una prueba nuclear real, debido a los protocolos técnicos y medioambientales existentes.

Reacciones internacionales: entre el desconcierto y la cautela

La reacción de China fue inmediata. Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores en Pekín exhortó a Washington a “cumplir su compromiso de suspender los ensayos nucleares” y a tomar medidas concretas “para salvaguardar el régimen internacional de no proliferación y la estabilidad estratégica mundial”.

Rusia, en cambio, ha guardado silencio oficial hasta el momento. No obstante, medios estatales recordaron que el presidente Vladimir Putin anunció recientemente la prueba exitosa de un misil de crucero Burevestnik con capacidad nuclear y un torpedo de propulsión nuclear Poseidón, tecnologías que Moscú califica de “sin rival” en el mundo.

En Europa, diplomáticos de la OTAN manifestaron “profunda preocupación” ante la posibilidad de que Estados Unidos reactive ensayos nucleares, alertando de que ello “erosionaría el frágil equilibrio” alcanzado tras la Guerra Fría.

Una nueva era de tensión nuclear

Expertos en seguridad internacional advirtieron que el paso de Trump podría desencadenar una nueva carrera armamentista entre las potencias nucleares.
“Si se refiere a pruebas de explosivos nucleares, eso sería temerario”, afirmó Hans Kristensen, director del Proyecto de Información Nuclear de la Federación de Científicos Estadounidenses, quien añadió que esta medida “sin duda alentaría a Rusia, China, India y Pakistán a seguir el mismo camino”.

La comunidad científica ha subrayado que el costo y los riesgos medioambientales de reanudar las pruebas serían significativos, además del impacto político en los esfuerzos de no proliferación promovidos por las Naciones Unidas desde el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares de 1996 (CTBT).

Según datos de la Unión de Científicos Preocupados, Rusia y Estados Unidos poseen juntos el 90 % del arsenal nuclear mundial, con más de 6.000 ojivas cada uno. China, por su parte, expande rápidamente su capacidad nuclear: el Pentágono estima que podría alcanzar 1.000 ojivas para finales de esta década.

El contexto global: señales de reactivación

Los analistas señalan que el anuncio de Trump llega en un momento especialmente delicado, con la guerra de Rusia en Ucrania aún en curso, el aumento de tensiones en el Indo-Pacífico y la modernización simultánea de los arsenales nucleares de las tres superpotencias.

Imágenes satelitales recientes revelan que Estados Unidos, Rusia y China han excavado nuevos túneles y modernizado instalaciones en sus sitios de pruebas nucleares, lo que sugiere una preparación ante un posible regreso de los ensayos subterráneos.

El profesor Jeffrey Lewis, del Centro James Martin de Estudios sobre la No Proliferación, advirtió que “hay muchos indicios de que los tres países están listos para reanudar las pruebas si alguno da el primer paso”.

El impacto regional: ecos en Asia

El anuncio de Trump también aumenta la tensión en Asia, donde ya existen varios países con capacidad nuclear, como India, Pakistán y Corea del Norte.
Pyongyang, que realizó la última prueba nuclear del mundo en 2017, ha declarado recientemente que endurecerá su “postura de combate nuclear”. Los analistas temen que la decisión de Washington sea utilizada por el régimen norcoreano como justificación para reanudar sus propios ensayos.

India y Pakistán, que también han realizado pruebas en el pasado, han mantenido silencio oficial, aunque fuentes diplomáticas en Nueva Delhi reconocieron “preocupación por el deterioro del equilibrio estratégico regional”.

Trump: “paz a través de la fuerza”

En declaraciones posteriores desde el Air Force One, Trump defendió su postura señalando que “otros países están probando, y nosotros no. Es hora de hacerlo en igualdad de condiciones”.
Al ser preguntado si esto implicaría una nueva carrera armamentista, respondió: “Mi objetivo sigue siendo la desnuclearización global, pero no unilateralmente”.

El presidente Donald Trump, que en los últimos meses ha insistido en presentarse como un “pacificador” y aspirante al Premio Nobel de la Paz, mantiene su doctrina de “paz a través de la fuerza”, una visión que, según críticos, “equivale a paz a través del miedo”.

¿Fin del consenso nuclear global?

Si Washington concreta las pruebas anunciadas por Trump, se rompería un consenso tácito de más de tres décadas, con consecuencias impredecibles para la estabilidad mundial.
La Casa Blanca y el Departamento de Defensa no han emitido aclaraciones formales, pero el mensaje de Trump ya ha sido interpretado como una señal de desafío al orden internacional vigente.

Mientras tanto, las potencias observan con cautela. El reloj del “Juicio Final”, que simboliza la cercanía del planeta a una catástrofe nuclear, podría estar un minuto más cerca de la medianoche.

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