El estelar inicialista de los Azulejos de Toronto sigue los pasos de su padre, el inmortal Vladimir Guerrero Sr., y se une a un selecto grupo de familias dominicanas que han brillado en el clásico de otoño junto a los Javier, los Borbón y los Alou. En la foto, Vladimir Guerrero y Vladimir Guerrero jr.
Su padre, Vladimir Guerrero Sr., exaltado al Salón de la Fama de Cooperstown en 2018, disputó el clásico de otoño en el 2010 con los Rangers de Texas, cuando su equipo cayó 4-1 ante los Gigantes de San Francisco. En aquella serie, el legendario toletero conectó un solo hit en 14 turnos, con dos carreras impulsadas, un boleto y cinco ponches.
Guerrero Sr. dejó un legado imborrable en el béisbol: fue Jugador Más Valioso (MVP) en una ocasión, campeón del Derby de Jonrones, nueve veces seleccionado al Juego de Estrellas y ocho veces ganador del Bate de Plata, logros que consolidaron su lugar entre los grandes del deporte.
Los Javier: pioneros en la historia
La primera pareja dominicana en lograr la hazaña fue la conformada por Julián Javier y su hijo Stanley Javier.
Su hijo Stanley, reconocido por su elegante defensa en los jardines, representó a los Atléticos de Oakland en las Series Mundiales de 1988 y 1989, conquistando el título en esta última. En ese clásico, bateó .500 (4-2) con dos carreras impulsadas en cuatro juegos.
Pedro Borbón, uno de los mejores relevistas de las Grandes Ligas y estelar lanzador de una época dorada de la pelota dominicana.
Los Borbón: dominio desde el montículo
Otra dinastía que marcó la historia fue la de los Pedro Borbón, padre e hijo.
Pedro Borbón Sr. lanzó en las Series Mundiales de 1973, 1975 y 1976 con los poderosos Rojos de Cincinnati, equipo conocido como la Gran Maquinaria Roja. En 10 partidos, registró efectividad de 3.86, con cuatro boletos y cinco ponches en 11.2 entradas, contribuyendo a los títulos obtenidos por los Rojos en 1975 y 1976.
Por su parte, Pedro Borbón Jr. siguió el legado familiar con los Bravos de Atlanta, campeones de la Serie Mundial de 1995. En un juego de esa serie, lanzó una entrada perfecta con dos ponches, obteniendo un salvamento.
Felipe y Moisés Alou coincidieron en varios equipos de las Grandes Ligas. En la foto se les ve cuando ambos pertenecían a los Gigantes de San Francisco.
Los Alou: una leyenda familiar
El exclusivo grupo lo completan los Felipe y Moisés Alou, una de las familias más emblemáticas del béisbol dominicano.
Felipe Alou participó en la Serie Mundial de 1962 con los Gigantes de San Francisco, quienes cayeron ante los Yanquis de Nueva York en siete partidos. En esa serie, bateó .269 (26-7) con un doble, un triple, una empujada y una base por bolas.
Tres décadas más tarde, su hijo Moisés Alou se coronó campeón con los Marlins de La Florida en 1997, siendo figura clave con un promedio de .321 (28-9), dos dobles, tres jonrones, nueve carreras impulsadas y seis anotadas, en una vibrante serie que los Marlins ganaron a los Indios de Cleveland en siete juegos.
Con la llegada de Vladimir Guerrero Jr. a la Serie Mundial, la República Dominicana reafirma su sello de grandeza y herencia en el béisbol de las Grandes Ligas, extendiendo una tradición familiar que une generaciones bajo una misma pasión: el orgullo de representar al país en el mayor escenario del deporte.






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