Aunque la Constitución dominicana no fija un plazo para la remisión de leyes aprobadas al Poder Ejecutivo, los reglamentos internos del Senado y la Cámara de Diputados establecen un límite de 15 días, lo que podría implicar un incumplimiento procedimental por parte del Congreso Nacional. En la combinación fotográfica, el presidente del Senado, Ricardo de los Santos, a la izquierda, y el presidente de la Cámara de Diputados, Alfredo Pacheco, a la derecha, en sus respectivas calidades de presidente y vicepresidente de la Asamblea Nacional.
De acuerdo con juristas y expertos en derecho constitucional consultados, aunque la Carta Magna no establece expresamente un límite temporal para que el Congreso envíe una ley sancionada al Poder Ejecutivo, los reglamentos internos de ambas cámaras sí lo hacen, y cualquier retraso más allá del plazo reglamentario podría considerarse una violación procedimental interna que afecta la transparencia y la regularidad legislativa.
El marco constitucional
El artículo 102 establece que, si el Poder Ejecutivo decide observar la ley, deberá devolverla con sus reparos a la cámara de origen, la cual la debatirá en única lectura, y solo podrá mantener la redacción original si obtiene el voto favorable de dos tercios (2/3) de los presentes en ambas cámaras.
Finalmente, el artículo 103 concede al Congreso Nacional dos legislaturas ordinarias para decidir sobre las observaciones presidenciales; de no hacerlo, se considerarán aceptadas.
Sin embargo, ninguno de estos artículos fija un plazo específico para que el Congreso Nacional remita la ley al Poder Ejecutivo una vez aprobada definitivamente, lo que deja un vacío temporal que ha sido regulado internamente mediante los reglamentos de ambas cámaras.
Violaciones reglamentarias en el Congreso Nacional
En el plano administrativo, tanto el Reglamento Interno del Senado de la República como el de la Cámara de Diputados establecen que las leyes aprobadas deben ser firmadas y despachadas al Poder Ejecutivo en un plazo no mayor de quince (15) días, contados a partir de la fecha de su aprobación definitiva.
En el caso del Senado, este mandato figura entre las atribuciones del Presidente y los Secretarios de esta cámara, quienes deben certificar, firmar y remitir los proyectos aprobados al Ejecutivo dentro del plazo reglamentario. Lo mismo dispone el Reglamento de la Cámara de Diputados, que exige la firma y remisión oportuna de toda pieza legislativa aprobada.
Por tanto, si entre la aprobación final de la Ley de Residuos Sólidos y su envío al Poder Ejecutivo transcurrió un período superior a quince días, habría ocurrido una violación a los reglamentos internos del Congreso Nacional, aunque no necesariamente una infracción constitucional directa.
Consecuencias y responsabilidades
Especialistas en derecho parlamentario señalan que el incumplimiento de los plazos reglamentarios no invalida automáticamente la ley, ya que el texto constitucional no establece sanción expresa por esa demora. Sin embargo, el hecho sí puede acarrear consecuencias políticas y disciplinarias dentro del Congreso Nacional.
“Se trata de una violación reglamentaria, no constitucional, pero que afecta la imagen institucional del Congreso y su deber de cumplir con los procedimientos administrativos que garantizan la transparencia y la celeridad del proceso legislativo”, explicó un jurista especializado en materia legislativa que fue consultado al efecto.
El Senado o la Cámara de Diputados podrían, en teoría, abrir un proceso interno de revisión o solicitar un informe a las secretarías legislativas para esclarecer las razones del retraso, en caso de que el plazo de 15 días haya sido excedido sin justificación.
Presidente Luis AbinaderEl curso que sigue la ley
El artículo 103 otorga al Congreso dos legislaturas ordinarias (aproximadamente un año) para decidir sobre las observaciones; si transcurrido ese plazo no se pronuncia, se entenderá que la observación fue aceptada automáticamente.
Transparencia y credibilidad en el proceso legislativo
En un contexto donde la gestión ambiental y los residuos sólidos representan uno de los mayores retos de política pública del país, el cumplimiento riguroso de las normas legislativas se vuelve esencial para garantizar que las leyes no solo sean válidas, sino también legítimas y oportunas.
¿Qué implica la demora administrativa del Congreso Nacional?



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