Madrid, España.– El clima político español atraviesa una de sus semanas más tensas. Mientras el PSOE intenta cerrar filas frente al estallido del caso Koldo y las revelaciones del exministro José Luis Ábalos desde prisión, el PP percibe una ventana de oportunidad y eleva la presión con la posibilidad —hoy matemática, no parlamentaria— de una moción de censura.
Las declaraciones cruzadas de María Jesús Montero y Alberto Núñez Feijóo, pronunciadas con horas de diferencia en ciudades distintas, retratan un escenario político incendiado y polarizado en vísperas de un 2025 que ya huele a campaña electoral anticipada.
Montero endurece el discurso: “Tolerancia cero con la corrupción y sin chantajes”
En Lebrija (Sevilla), la vicepresidenta primera del Gobierno y número dos del PSOE, María Jesús Montero, no dejó espacio a la ambigüedad. Aseguró que ni el Gobierno ni el Partido Socialista “se van a dejar chantajear por nadie” y calificó las declaraciones del exministro José Luis Ábalos —quien desde prisión vinculó a Begoña Gómez con el rescate de Air Europa durante la pandemia— como “mentiras y bulos” orientados a “obtener beneficios judiciales”.
“El señor Ábalos sabe perfectamente que este Gobierno y este partido jamás se van a dejar chantajear”, afirmó Montero, visiblemente molesta y preocupada, aunque confiada en que “la verdad terminará imponiéndose”.
Subrayó que cualquier intento de implicar al entorno del presidente Pedro Sánchez «responde más a una estrategia de defensa personal» y recordó que el proceso de rescate de Air Europa “ha sido investigado, auditado y fiscalizado por todos los órganos de control”.
La ministra reforzó además que el PSOE ha mantenido “tolerancia cero con la corrupción desde el primer minuto” y lamentó el daño que representa para la organización que un exdirigente socialista esté implicado en este tipo de actuaciones: “Es triste y doloroso, pero estamos orgullosos de haber respondido con contundencia y transparencia”.
Alberto Núñez Feijóo, líder del PP.Feijóo calienta el tablero: “No me faltan ganas, me faltan votos”
Mientras tanto, en Barcelona, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, elevó la estrategia opositora hasta su punto más alto en semanas recientes. Arropado por empresarios catalanes en un acto de Foment del Treball, aseguró que no le falta “ni un ápice de ganas” para presentar una moción de censura y convocar elecciones inmediatas, pero que le faltan “votos”, en clara alusión a JxCat.
Aprovechó la entrada en prisión provisional de Ábalos para señalar que “el arquitecto de la era Sánchez ha caído” y que, en consecuencia, “el sanchismo ha entrado en prisión”. A juicio de Feijóo, ese hecho deja al Gobierno “inhabilitado política y moralmente”, sumido en un “calvario judicial” y en una “precariedad parlamentaria total”.
Dos caminos, una sola conclusión: la política española se acerca al punto de ebullición
Las palabras de Montero y Feijóo, articuladas desde lados opuestos del tablero, evidencian que el caso Koldo ha dejado de ser un expediente judicial para convertirse en el epicentro del pulso político. El PSOE se blinda para resistir el golpe; el PP calcula tiempos, alianzas y desgaste; y el resto del arco parlamentario comienza a ser cortejado en silencio.
Si algo quedó claro este viernes, es que el curso político ha cambiado —y que la batalla por el relato y por las urnas ha comenzado mucho antes de que lo anuncie oficialmente el calendario electoral.
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