No puede ser “palo si boga y palo si no boga”: urge coherencia ciudadana frente a las medidas para organizar el país.
Por
Charlie Núñez
Santo Domngo.- Pocas cosas generan tanto estrés como el desorden del tránsito en las calles del Gran Santo Domingo. En más de una ocasión he dicho que, si algún día decidiera irme del país, esa sería la razón.
El caos vial se ha vuelto parte del día a día. Se trata de un problema cultural alimentado por todos los ingredientes del desorden perfecto: exceso de vehículos, conductores sin formación ni respeto por las leyes, carencia de educación ciudadana y una práctica constante del egoísmo, la indisciplina y la falta de inteligencia social.
A esto se suma una policía de tránsito muchas veces incompetente, arbitraria o indiferente, calles mal diseñadas, en mal estado, aceras rotas y obstaculizadas, inseguridad ciudadana y temperaturas que desincentivan caminar. Todo esto convierte en un reto simplemente moverse de una esquina a otra.
Cuando José Ignacio Paliza anunció la implementación de 143 medidas para mejorar el tránsito, mi reacción inicial fue escribir un artículo titulado “¿143 medidas para qué?”, aunque decidí esperar y observar antes de juzgar.
Con la prohibición de giros a la izquierda hubo muchas críticas, pero ha demostrado ser una medida efectiva. Ahora se están removiendo vehículos mal estacionados: lo cuestionable no es que se haga, sino que no se haya hecho antes.
Las medidas seguirán, y también las quejas. Pero el país necesita orden. No se trata solo de prohibiciones, sino de soluciones reales: alternativas de estacionamiento, mejoramiento de aceras, más seguridad, un transporte colectivo eficiente, aplicación justa de las leyes, y, sobre todo, compromiso ciudadano.
No se puede poner un agente detrás de cada persona las 24 horas. Cada quien debe asumir su responsabilidad. Si el Estado hace su parte, los ciudadanos debemos hacer la nuestra.
En otro orden, la lucha contra el desorden y los ruidos excesivos requiere presencia policial, pero también sentido común. No critiquemos a Faride ni a ningún funcionario solo por actuar: no puede ser “palo si boga y palo si no boga”. Hemos criticado a quienes no hacen nada; no ataquemos a quienes, por fin, hacen algo.
Vamos entre todos a enfrentar lo malo y a defender lo bueno. El país no se arregla solo, ni de arriba hacia abajo ni de abajo hacia arriba. Se arregla juntos.
El autor, licenciado Charlie Núñez, es político, publicista, experto en campañas electorales.
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