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Los Dodgers conquistan el bicampeonato con un dramático jonrón de Will Smith en el inning 11 del Juego 7

El batazo solitario del receptor silenció al Rogers Centre y dio a Los Ángeles su segundo título consecutivo, mientras el venezolano Miguel Rojas empató el juego en el noveno y Yamamoto se consagró como el JMV de la Serie Mundial.

Toronto, Canadá.- El silencio cayó como un manto sobre el Rogers Centre. La pelota de Will Smith voló hasta un punto bien conocido en la historia del béisbol canadiense, el mismo donde Joe Carter inmortalizó a los Azulejos hace más de tres décadas. Esta vez, sin embargo, el rugido se ahogó en las gargantas de los fanáticos locales mientras los Dodgers de Los Ángeles remontaban y conquistaban su segundo título consecutivo de Serie Mundial, al imponerse 5-4 en 11 entradas a los Azulejos de Toronto en un épico Juego 7 digno de leyenda.

El cuadrangular solitario de Smith, ante un slider colgado de Shane Bieber en la parte alta del undécimo episodio, selló una victoria que reafirma la dinastía angelina. “Este grupo nunca se rinde, hermano”, dijo un emocionado Smith tras el juego. “Fue una batalla de siete juegos. Toronto es un gran equipo, pero esto... esto es lo más grande que hay”.

El héroe del jonrón decisivo no estuvo solo. El venezolano Miguel Rojas había devuelto la vida a los Dodgers con un jonrón solitario en el noveno inning ante el cerrador Jeff Hoffman, enviando el encuentro a extra innings y escribiendo una de las páginas más vibrantes en la historia moderna de la Serie Mundial. Rojas, emocionado hasta las lágrimas, dijo que era el cuadrangular “más importante” de su vida.

El japonés Yoshinobu Yamamoto, elegido Jugador Más Valioso de la Serie, selló la gesta lanzando con cero días de descanso y dejando varado al corredor del empate en tercera base en la parte baja del 11°. El mexicano Alejandro Kirk, último bateador del juego, rodó para doble play y desató la celebración sobre el montículo, mientras los Dodgers se abrazaban bajo una lluvia de confeti dorado.

Toronto, que buscaba su primer título desde 1993, rozó la gloria. Con un jonrón monumental de Bo Bichette ante Shohei Ohtani en el tercer episodio, los Azulejos se adelantaron 3-0, desatando una explosión de júbilo que parecía preludio del campeonato. Pero la experiencia y profundidad del roster angelino pesaron más.

Los Dodgers, que ya habían sobrevivido un maratón de 18 entradas en el Juego 3, mostraron la tenacidad de un equipo curtido. Todos sus abridores vieron acción en la serie, y la combinación de talento, estrategia y temple terminó inclinando la balanza.

El Juego 7 tuvo de todo: duelos entre leyendas (Ohtani contra Scherzer), choques de banca, rescates heroicos y momentos de pura adrenalina. Los Azulejos estuvieron a dos outs del campeonato, pero el béisbol, ese deporte que nunca se rinde, volvió a demostrar que nada está escrito hasta el último out.

Con este triunfo, los Dodgers se convierten en el primer equipo desde los Yankees de 1998-2000 en defender con éxito su corona, consolidando una era dorada para la franquicia californiana.

“Esto es lo que sueñas cuando eres niño”, resumió el mánager Dave Roberts con una sonrisa. “Un Juego 7, entradas extras, héroes inesperados... y la última palabra de Will Smith”.

Los Azulejos, dignos finalistas, se marchan con la frente en alto tras protagonizar una de las series más intensas y emocionantes de los últimos tiempos. Los Dodgers, mientras tanto, escriben otro capítulo glorioso en su historia: el bicampeonato que los acerca al estatus de dinastía.

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