Un total de 102 ciudadanos dominicanos fueron deportados este martes desde los Estados Unidos, tras cumplir condenas o enfrentar procesos judiciales por diversos delitos federales, entre ellos violaciones a las leyes migratorias, tráfico de sustancias controladas, falsificación de documentos, robos y otros delitos mayores.
El grupo, compuesto por 90 hombres y 12 mujeres, llegó al país en un vuelo comercial especialmente contratado para estos fines, procedente del estado de Luisiana. La aeronave aterrizó en horas de la tarde en la rampa noroeste del Aeropuerto Internacional de Las Américas – José Francisco Peña Gómez.
En la terminal aérea les esperaba un amplio dispositivo de seguridad, integrado por agentes de la Dirección General de Migración (DGM), la Policía Nacional, el Cuerpo Especializado de Seguridad Aeroportuaria y de la Aviación Civil (CESAC), así como miembros de otras agencias de inteligencia del Estado.
Según reportes de las autoridades aeroportuarias, varios de los repatriados fueron detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) durante redadas migratorias, mientras que otros cumplieron sentencias en diferentes prisiones de Estados Unidos.
Tras su llegada, los deportados fueron trasladados bajo estrictas medidas de seguridad al Centro de Acogida Vacacional de Haina. En esa instalación se les someterá a un proceso de identificación, evaluación psicológica y orientación, como parte de un programa destinado a facilitar su eventual reintegración social.
Este centro también permite a las autoridades determinar si los repatriados tienen antecedentes penales en República Dominicana, si representan un riesgo para la seguridad ciudadana o si han reincidido en actividades delictivas.
Con este nuevo grupo, el número de dominicanos deportados desde Estados Unidos en lo que va del año supera ya los 1,100, según datos preliminares. Este incremento se produce en un contexto de políticas migratorias más estrictas por parte del gobierno estadounidense, encabezado por el presidente Donald Trump, quien se encuentra en su segundo mandato.
Bajo esa política, se han intensificado los controles fronterizos, las redadas del ICE y se han endurecido los requisitos para acceder a visas, asilo político y estatus migratorio legal.
Una parte significativa de los repatriados habría ingresado a Estados Unidos a través de la frontera sur con México, una ruta cada vez más riesgosa debido al refuerzo de vigilancia y restricciones impuestas desde la llegada al poder de Trump.
Pese a que el gobierno dominicano asegura estar desarrollando programas de apoyo y orientación para los deportados, funcionarios han admitido los desafíos que representa la reintegración de ciudadanos con antecedentes penales en la sociedad local.
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