La crisis alcanza su punto más crítico en el sector aéreo tras 40 días de parálisis administrativa. Escasez de controladores, retrasos masivos y presiones políticas sacuden a la aviación mientras el Senado busca una salida urgente al estancamiento gubernamental.
Washington.- Más de 2.200 vuelos fueron cancelados este domingo 9 de noviembre de 2025 en Estados Unidos debido a la escasez de controladores aéreos provocada por el prolongado cierre del Gobierno federal, que ya cumple cuarenta días sin actividad. La crisis, que afecta tanto a aerolíneas como a miles de pasajeros, ha generado un colapso logístico sin precedentes en los principales aeropuertos del país.
De acuerdo con el portal especializado FlightAware, 2.225 operaciones fueron suspendidas y 7.522 vuelos experimentaron retrasos en aeropuertos clave como Hartsfield-Jackson (Atlanta), Newark Liberty (Nueva Jersey), O’Hare (Chicago) y LaGuardia (Nueva York).
El secretario de Transporte, Sean Duffy, advirtió en declaraciones a CNN que entre 15 y 20 controladores de tráfico aéreo se han dado de baja cada día desde el inicio del cierre, frente a un promedio habitual de cuatro. “Esto va a seguir afectando al transporte aéreo mucho más allá del plazo en que se reanude la actividad del Gobierno”, alertó el funcionario.
Ante la crisis, Duffy reveló que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, ofreció controladores aéreos de la reserva militar para apoyar temporalmente el sistema civil. “Ayer recibí un mensaje del secretario de Guerra —como se refiere la Casa Blanca al Pentágono— ofreciendo personal capacitado. Si pudiéramos desplegarlos, habría que determinar en qué espacios aéreos trabajarían”, explicó el titular de Transporte en declaraciones a Fox News.
Mientras tanto, el Senado estadounidense celebra este domingo una sesión extraordinaria con el objetivo de negociar la reapertura del Gobierno, cuya paralización amenaza con reducir el crecimiento económico del país en el último trimestre del año, según advirtió el director del Consejo Económico Nacional, Kevin Hassent.
El cierre federal, que se extiende ya por seis semanas, ha dejado miles de empleados públicos sin salario, ha paralizado agencias esenciales y ahora empieza a golpear de lleno al sistema de transporte aéreo, uno de los pilares de la economía estadounidense.


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