Con bandas armadas entrando en combate abierto contra el estado y una frontera dominicana cada vez más tensa, la noche del domingo 16 al lunes 17 de noviembre de 2025 marca un nuevo umbral crítico en la crisis haitiana. Los problemas de seguridad en Haití han llevado a la presencia de diversos grupos armados, lo que ha provocado el desplazamiento de cientos de miles de personas. Esto ha originado el cierre de la embajada de Estados Unidos en el vecino país.
Por Vianelo Perdomo
Redacción Notiactualidad Global.- La situación en Haití ya no puede definirse únicamente como una “crisis”. Hoy vivimos, según múltiples fuentes de inteligencia y análisis sobre el terreno, lo que se perfila como una guerra urbana de alta intensidad, donde el Estado ha perdido el monopolio del uso de la fuerza en amplias zonas y las pandillas actúan como fuerzas militares irregulares.
La pasada semana ha sido testigo de una escalada de violencia notable y nuevas amenazas: no sólo por el aumento de los enfrentamientos entre bandas y la fuerza pública, sino porque uno de esos choques alcanzó una dimensión internacional: la madrugada del jueves 13 de noviembre, marines estadounidenses que custodiaban la embajada en Tabarre fueron objeto de un asalto directo por presuntos miembros de una coalición criminal. De hecho, analistas lo califican como “el ataque más importante contra efectivos de Estados Unidos en Haití en el último año”.
Esta acción marca un quiebre en la lógica del conflicto: ya no se trata solo de enfrentamientos dentro del país, sino de confrontaciones que pueden involucrar fuerzas externas y multiplicar los efectos regionales.
¡La advertencia está hecha!... La orden a la
población a despejar las calles este lunes 17 de noviembre, dada por el líder
de la coalición Viv Ansanm (Vivir Juntos), Jimmy Cherisier, es prácticamente el
anuncio de un estado de guerra, aunque no parezca una advertencia oficial por
parte del jefe de las bandas armadas.
La orden de “no salir de sus casas” y la autoproclamación de guerra
El jefe de la coalición de grupos armados "Viv Ansanm", Jimmy Cherisier, alias “Barbecue”, emitió un comunicado la tarde del domingo 16 de noviembre de 2025, en el que ordena explícitamente a la población haitiana “no salir de sus casas a partir del lunes 17 de noviembre de 2025”.
Texto literal: “Dejen la calle a Viv Ansam y a la policía que vendrá a enfrentarse a nosotros, para que podamos enfrentarnos a ellos”. Esta exhortación no es un llamado pasivo de autoprotección: es una declaración operativa que busca despejar espacios urbanos para un enfrentamiento total.
Ello configura varias hipótesis difícil de ignorar: Que la coalición criminal ya se considera un actor bélico, que el Estado haitiano y sus fuerzas de seguridad están entrando en una fase de combate abierto, no meramente de contención policial y que las zonas urbanas podrían convertirse en teatros de operaciones con alto índice de riesgo para la población civil.
En resumen, Haití está ingresando en un umbral en el cual la opción militar, incluso urbana, está tomando la delantera.
Evidencia de algunos daños materiales o el entorno en
que operan las bandas armadas, subrayando la dimensión de “zona de guerra
urbana” en Haití.
Capacidad armamentística y el nuevo perfil de las pandillas
El conflicto en Haití, ha adquirido rasgos propios de insurgencia: múltiples informes confirman que las bandas disponen de armamento concebido para la guerra, no simplemente para actividades delictivas. Por ejemplo, la banda 400 Mawozo, ya implicada en enfrentamientos letales con la Police Nationale d’Haïti (PNH), fue hallada con un fusil calibre .50 Barrett —arma anti-vehículo o anti-blindaje—, lo cual demuestra una capacidad que trasciende la delincuencia común.
Por otro lado, los informes para todo el año 2025 señalan: Más de 4.000 homicidios documentados entre enero y agosto, junto con más de 1.600 heridos, en un contexto dominado por grupos armados, fuerzas de seguridad y “justicia popular”; la debilidad institucional en Haití, que no sólo permite sino facilita la militarización de bandas y que los grupos armados adoptan tecnología (como drones) para vigilancia, contrabando o acciones ofensivas.
Esto implica que el escenario ya no es el de pandillas disparando desde callejones, es el de zonas urbanas enteras que pueden transformarse en líneas de frente, con civiles atrapados en medio.
El riesgo para la República Dominicana y la zona fronteriza
Aunque el epicentro del conflicto está en territorio haitiano, sus repercusiones se proyectan inmediatamente hacia la República Dominicana. En particular, la zona frontera —más allá de ser una mera línea geográfica— se está convirtiendo en corredor de amenaza.
Desde la República Dominicana se reportaron 1.328 haitianos interceptados en operaciones migratorias del 14 de noviembre de 2025, incluyendo 78 detenidos en la provincia de Pedernales.
Las autoridades dominicanas han elevado las medidas de control fronterizo y seguridad ante la reemergencia de la cólera en Haití.
Organismos internacionales señalan que la frontera de 392 kilómetros de extensión lineal sigue siendo sumamente permeable al contrabando de armas y personas.
Para la República Dominicana, el peligro no es únicamente un ataque frontal desde Haití, lo es el desplazamiento masivo de personas armadas, el flujo de municiones o armas sofisticadas, el debilitamiento de la frontera como línea de contención, y el colapso de servicios básicos que puede derivar en crisis humanitaria que cruza el límite nacional.
La comuna haitiana de Ouanaminthe, en el departamento de Nord-Est, bordeando el municipio dominicano de Dajabón, ejemplifica este riesgo: aunque tradicionalmente era un corredor comercial pacífico, hoy se encuentra sumida en la incertidumbre, con recurso limitado a asistencia médica, servicios de emergencia casi inexistentes, y sin garantía de buen funcionamiento de la seguridad pública.
Cruce fronterizo entre Juana Méndez, Haití, y Dajabón, República Dominicana, región limítrofe. Se observa la tensión y los movimientos migratorios y de seguridad en esa parte de la isla de Santo Domingo, territorio compartido por las dos naciones.
Zona fronteriza y las comunas bajo presión
Aunque no hay reportes detallados al momento de este lunes 17 de noviembre para cada comuna específica de la frontera, varios elementos señalan que el escenario es altamente crítico: Las fronteras terrestres dominicana-haitianas están cerradas al tránsito regular de personas y mercancías, aunque pueden transitar bienes esenciales, en Haití, los desplazamientos internos se cuentan por cientos de miles; el colapso institucional impide una respuesta eficaz, mientras en la zona de Pedernales (República Dominicana) se han detectado ya operaciones de interdicción migratoria que aumentan ante la expectativa de flujos desde Haití.
A nivel sanitario, la resurreción de casos de cólera en Haití y la alarma declarada por la República Dominicana elevan el nivel de emergencia también en términos de salud pública y riesgo transfronterizo.
En este marco, algunas comunas haitianas limítrofes podrían experimentar: desplazamientos hacia la frontera dominicana, establecimiento de bases de operaciones de bandas fuera del control del Estado, y absorción de armas o huida de líderes pandilleros hacia zonas de menor vigilancia. Esto refuerza la hipótesis de que la presión se está moviendo hacia la frontera.
Aunque la Dirección General de Migración, de República Dominicana, a través de su Unidad de Control Migratorio, realiza una labor permanente, entre los días Jueves 14 y domingo 16 de noviembre de 2025, fue notable el aumento de dichas acciones, incluyendo, como se observa en la foto, la penetración y patrullaje en barrios y urbaizaciones.Evaluación y perspectivas inmediatas
¿Por qué estamos ante un umbral decisivo?. Porque una orden explícita de “quédense en sus casas” dada por un jefe de coalición criminal armada representa un paso de pandillerismo urbano hacia guerra declarada.
Porque el armamento detectado ya no es de bandaso delincuenciales tradicionales sino de tipo militar/contra-insurgencia.
Porque la República Dominicana, a su vez, ya está recibiendo los efectos del deterioro haitiano (migración, salud, seguridad) y debe prepararse para posibles choques directos o indirectos.
¿Cuáles son los escenarios más probables en los próximos días?. Intensificación de combates urbanos en zonas clave de Puerto Príncipe y cercanías; desplazamiento de civiles hacia el norte y hacia la frontera.
Las bandas pueden buscar refugio y consolidación en las zonas fronterizas o en las comunas del sur de Haití, con tránsito a República Dominicana como ruta de escape o abastecimiento.
Proliferación del contrabando de armamento pesado hacia Haití desde las rutas terrestres y marítimas; esto implicaría un aumento en la vigilancia de aduanas dominicanas.
Un posible deterioro colateral: crisis de salud, aumento de desplazados hacia la República Dominicana, presión sobre servicios fronterizos dominicanos y tensiones diplomáticas bilaterales.
Escenario de intervención regional o internacional más acusado: la presencia de fuerzas extranjeras podría aumentar, lo que llevaría el conflicto interno haitiano a un conflicto geopolítico más amplio.
Recomendaciones inmediatas para República Dominicana (y para lectores interesados):
Reforzar urgentemente los controles fronterizos físicos y de inteligencia, no solo con muros o vallas, sino con sistema de detección, drones, patrullajes combinados.
Establecer protocolos de salud pública y de migración ante flujos súbitos de personas o contingentes armados desde Haití.
Preparar planes de contingencia en la zona de Pedernales, Dajabón y las comunas limítrofes, con enfoque en seguridad ciudadana, protección de infraestructuras críticas, y coordinación binacional.
Alertar a la población civil, especialmente en las zonas fronterizas, sobre el incremento del riesgo y evitar movimientos nocturnos o cruzar por puntos no oficiales.
Atender con urgencia la dimensión humanitaria: el desplazamiento masivo en Haití ya está en curso; cualquier repunte mayor implicará presiones directas sobre servicios dominicanos.
Además de que esto debe llamar, aún más, la atención de organismos internacionales que, como OEA, ONU, Caricom, grupos de derechos humanos y otros, aunque con mucha presencia en eventos de diversas categorías e índoles, prensa, radio, televisión, redes sociales y otros, acaoaran la atención del mundo, en realidad parece ser poco lo que se ve como resultados.







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