Por Charlie Núñez
Santo
Domingo.- Mujer
médico y oficial militar es la acusada de quitar la vida a su niña de seis años
y de forma tan cruel que ningún ser humano normal pueda imaginar.
Joven madre se lanza del balcón de su apartamento con su niña en brazos con fines suicidas rodeado dicho hecho de una historia Dantesca.
Madre hiere a su hija de gravedad en
Moca.
Las desapariciones de ciudadanos son uno
de los panes nuestros de cada día, la mayoría de estos cuando se logra dar con
el paradero ya son cadáveres.
Ya son usuales las noticias de rescatar
cuerpos sin vida de personas casi siempre jóvenes que se lanzan al mar.
Los suicidios en personas de todas las
edades, muertes en atracos, en violencia familiar y con más frecuencia los
feminicidios y muertes en “teteos”.
Los decesos en el tránsito no quiero
llamarlos accidentes, pues un accidente es algo inesperado e imprevisible, y la
mayoría de estos son fácilmente previsibles por la indisciplina, el desorden,
poco respeto de la ley y la irresponsabilidad oficial no es accidental.
Los viajes en yola que han retornado con
fuerzas dejando igualmente sus secuelas de muertes, “la vuelta por México”, y
ponga usted los acontecimientos no mencionados que siguen aportando números a
las estadísticas de dominicanos muertos.
Una acción. Cotidiana que no provoca
tantas muertes para la frecuencia con que ocurre, pero que es una manera de
llamar al demonio, son
las discusiones y enfrentamientos
innecesarios por situaciones intrascendentes como el roce de un vehículo,
pequeñas deudas o alguna palabra fuera de tono.
Aunque estas no son de muertes, quiero
destacar la cantidad de gente que de manera ilegal, solo con un visado está
emigrando y la fila que ve en su salida del país por la vía que sea una
esperanza.
¿Qué tenemos como respuesta?, un
presidente que habla en la semanal, que rinde su memoria anual y que a través
de sus funcionarios nos informan que cada día el país marcha mejor, que todas
las estadísticas de pobreza, homicidios, robos, etc se van reduciendo, pero a
mil.
Es evidente que tenemos un gobierno que
vive en un país diferente al que gobiernan.
Hacemos una parada brusca y observamos
la presencia y la incidencia haitiana en el país, consumiendo gran parte del
presupuesto en salud, educación y alimentación, ocupando puestos de trabajo y
aportando problemas propios de su país.
Si miramos el ritmo de parto de
haitianas en nuestros centros de salud y el ritmo acelerado que muestra la
disminución de la presencia dominicana en la isla, reflejada en el último
censo, en un futuro, gente que llevará nuestros apellidos sin saber por qué,
estudiarán historia en libros que dirán, los dominicanos formaban parte de una
población que ocupó gran parte del territorio haitiano por casi doscientos
años.
Esto es lo que se llama literalmente “de
vida o muerte”, es asunto de todos pero el Estado debe ir a la cabeza, mientras
tanto la población común pone los enfermos y las estadísticas funestas, el
gobierno con Luis a la cabeza, pone la manipulación y las excusas, pero mío…
¡hagamos algo!.

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